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¿Por qué la esquizofrenia es una “rotura”? ¿Qué se ha roto?

La palabra esquizofrenia viene del griego,”división” o “escisión” y “mente”. Por un lado la mente está en la realidad, pero hay otra parte que se separa de ella y vive en otro mundo “irreal”.

¿Quién definió esta enfermedad por primera vez?

El psiquiatra suizo Bleuler en 1911, pero este trastorno ya fue identificado por el psiquiatra alemán Kraepelin en 1896 bajo el nombre de “demencia precoz”, queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, similares a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil. Sin embargo Bleuler observó que no era así en todos los casos y consideró más apropiado dar el nombre de esquizofrenia como una escisión en la asociación de ideas o como una retirada de la realidad y la vida social.

¿Cómo en un sueño?

En la esquizofrenia la barrera defensiva que impide que nuestra sombra, el inconsciente, penetre en la claridad del día se rompe también. Oscuras alucinaciones en forma de imágenes, voces, interpretaciones y asociaciones inundan la actividad diurna como si ésta fuera un sueño.

A menudo una pesadilla.

Sí, porque el deterioro de la persona que la padece llega a ser penoso y abarca a todos sus egos: su ideación es extravagante, sus afectos están bloqueados o confundidos, su creatividad sin canalizar, su cuerpo descuidado y se halla desorientado en el territorio que ocupa.

¿Desde la perspectiva metagenealógica qué es la esquizofrenia?

Decimos que tres generaciones de neuróticos hacen un psicótico. Los síntomas psicóticos no son más que manifestaciones de la “sombra” del individuo y de su árbol que no han podido expresarse de otra forma.

¿Cómo hacer para ayudarlos?

Alejandro Jodorowsky nos orienta hacia ponerlos a crear como “una manera de que sus tinieblas se vean y, al mismo tiempo, sean útiles”. “La parte psicótica -apunta – se pone al servicio de la parte creativa, al igual que decían los antiguos cabalistas de poner nuestros demonios a nuestro servicio, a trabajar para nosotros”.

Uno de sus alumnos, a la vez psiquiatra, Martín Bakero crea el ‘sintomarte‘ que consiste en transformar los síntomas en arte y lo emplea con enfermos psicóticos. Los terapeutas que forma se convierten así en ‘terapoetas‘.

¿De que forma ayuda esto a la recomposición?

El arte y el permiso para la creatividad, es una puerta para que los dos mundos, el de la sombra y el de la luz se amiguen. Siempre los genios han sido un poco locos, porque se han permitido “alucinar” y crear mundos, pero sin perder las coordenadas de este plano al que llamamos realidad.

¿Qué pistas nos ofrece la metagenealogía al respecto?

Parece ser que en algunos casos, el árbol genealógico del esquizofrénico es un árbol que miente, que oculta datos. Suele suceder que la persona afectada apenas conoce unos pocos datos inconexos sobre sus ancestros, faltos de definición. Naturalmente que no siempre es así, no se puede generalizar en esta enfermedad, ni tampoco en ninguna otra. Sin embargo, las expectativas de la persona pueden ser muy elevadas para su realidad actual. No tiene los pies en el suelo, no conecta con la realidad. Es probable que el árbol esté ocultando muchos abusos en el nivel de los padres, la enfermedad lo enmascarara todo…

¿Algún acto psicomágico relacionado?

Dada la complejidad del tema, no puede existir un acto tipo que solucione de forma global ese problema. Eso sería como una especie de panacea universal…

Vamos a imaginar por un momento que la persona en cuestión tiene expectativas de realizar una gran película. Se le recomienda que esa película se transforme en un corto de diez minutos donde los actores son amigos y la historia es la propia contada con humor, desdramatizándola. Junto a este acto se le recetan otros encaminados a que aumente su valoración…

Y recordemos que cada caso es un mundo, que no hay dos iguales.

Fuente: Escrito por Escrito en Alejandro Jodorowsky , en Plano Sin FIn.

Imagen: Stephanie Bennett

 

El una entrevista a  Diego Peretti, el actor argentino y psiquiatra explicó con palabras facilitadoras  ¿Qué es la perversión? .  En otros fragmentos de la misma , pueden apreciarse más definiciones sobre la neurosis y psicosis.

Los investigadores descubrieron que la actividad cerebral se vuelve descoordinada e inexacta durante los estados de alteración mental.

WASHINGTON.- El consumo de cannabis está asociado a alteraciones en la concentración y la memoria que pueden desembocar en problemas neurofisiológicos o de conducta, indicó hoy un estudio publicado por la revista Journal of Neuroscience.

Los investigadores han descubierto que la actividad cerebral se vuelve descoordinada e inexacta durante los estados de alteración mental con resultados similares a los vistos en la esquizofrenia.

El estudio, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Farmacología de Bristol (Inglaterra), analizó los efectos negativos del cannabis en la memoria y el pensamiento, que podrían provocar redes cerebrales «desorquestadas».

El doctor Matt Jones, uno de los autores de la investigación, equiparó el funcionamiento de las ondas cerebrales al de una gran orquesta en la que cada una de las secciones va estableciendo un determinado ritmo y afinación que permiten el procesamiento de información y guían nuestro comportamiento.

Para comprobarlo, Jones y su equipo inocularon a un grupo de ratas un fármaco que se asemeja al principio psicoactivo de la marihuana, el cannabis, y midieron su actividad eléctrica neuronal.

Aunque los efectos en las regiones individuales del cerebro fueron muy sutiles, el cannabis interrumpía completamente las ondas cerebrales a través del hipocampo y la corteza prefrontal, como si las secciones de una orquesta tocaran desafinadas y fuera de ritmo.

Jones indicó que estas estructuras cerebrales son fundamentales para la memoria y la toma de decisiones y están estrechamente vinculadas en la patología de la esquizofrenia.

Las ratas se mostraban desorientadas a la hora de recorrer un laberinto en el laboratorio y eran incapaces de tomar decisiones adecuadas.

«El abuso de la marihuana es común entre los enfermos de esquizofrenia y estudios recientes han mostrado que el ingrediente psicoactivo de la marihuana puede inducir síntomas de esquizofrenia en individuos sanos», explicó Jones.

«Los resultados de la investigación», agregó el científico, «son importantes para nuestro entendimiento de las enfermedades psiquiátricas, que pueden aparecer como una consecuencia de cerebros desorquestados y pueden ser tratados a través de terapias de afinación».

La interpretación de los resultados abre varias vías de discusión. Por ejemplo, si bien es cierto que hay una relación entre cannabis y edad de inicio más temprana de la psicosis, no podemos afirmar que tal relación sea de tipo causal. En otras palabras, no sabemos si el consumo de cannabis fue la causa de la aparición temprana de la psicosis en los pacientes estudiados, o bien, si éstos presentaron antes el trastorno psicótico por otras razones que, a la vez, serían las que les motivaron a consumir cannabis (por ejemplo, como forma de auto-medicación o afrontamiento ante las dificultades).
También, se podría explicar que los resultados muestren edades de inicio más tempranas, en el caso del cannabis y otras drogas pero no del alcohol, por motivos culturales. El alcohol es una droga socialmente aceptada y legalmente despenalizada, por tanto, su consumo no genera alarma en el entorno de la persona que lo consume. De esta forma, a pesar de que la persona mostrara algunos signos, éstos podrían pasar más desapercibidos, puesto que la atención sobre la persona es menor. Sin embargo, en el caso del cannabis y otras drogas, el contexto en el que se encuentra inmersa la persona, tiende a reaccionar vigilándola. De esta forma, es más fácil que familiares, pareja y/o amigos actúen sin demoras ante posibles señales de alarma. Obviamente, esto puede repercutir en una identificación y un diagnóstico más inmediato por parte de los profesionales sanitarios, que se reflejaría en esta edad de inicio más temprana que muestran los resultados.
Los resultados tampoco aportan la suficiente información como para afirmar, a favor o en contra, que las personas que consumieron cannabis u otras sustancias y presentaron una edad de inicio más temprana, hubieran desarrollado el trastorno psicótico a la misma edad, antes o más tarde, si no hubiesen consumido tales drogas.

«El abuso de la marihuana es común entre los enfermos de esquizofrenia y estudios recientes han mostrado que el ingrediente psicoactivo de ésta puede inducir síntomas de esquizofrenia en individuos sanos», explicaron los expertos.

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La visión que los neurocientíficos tienen de la esquizofrenia ha cambiado en los tres últimos años con el descubrimiento de que las interneuronas –un tipo particular de neuronas– tienen un papel clave en el origen de la enfermedad. Óscar Marín y Beatriz Rico han hecho un avance clave en esta línea de investigación al demostrar que la proteína NRG1 y su receptor ErbB4 son necesarios para la correcta formación de las conexiones de las interneuronas. Su investigación, presentada el pasado abril en la revista Nature, abre una nueva vía para el desarrollo de futuros fármacos contra esta enfermedad que afecta a unas 200.000 personas en España.

¿Qué son las interneuronas?

O.M.: Son neuronas que modulan la transmisión de información de otras neuronas. Dan al cerebro más capacidad para computar. Y, por otro lado, sincronizan la actividad de otras neuronas, de modo que la información se transmite de manera más eficaz.

¿Qué relación tienen con la esquizofrenia?

B.R.: En los últimos años se ha descubierto que muchos pacientes con esquizofrenia tienen alteraciones en las interneuronas de la corteza cerebral. En el pasado se había prestado mucha atención a otro tipo de neuronas que están relacionadas con los síntomas más manifiestos de la esquizofrenia, como los brotes psicóticos. Pero ahora sabemos que hay síntomas cognitivos, como dificultades de concentración y alteraciones de la memoria de trabajo (memoria a corto plazo), relacionados con las interneuronas.

¿Es más importante investigar los síntomas cognitivos que los de la psicosis?

O.M.: Cuando aparece la psicosis, la enfermedad está avanzada. Y con cada nuevo brote psicótico, los pacientes sufren un mayor deterioro cognitivo. Por lo tanto, habría que iniciar los tratamientos lo antes posible. Si pudiéramos detectar a los pacientes antes de que aparezcan los brotes psicóticos y ofrecerles un tratamiento adecuado, podríamos frenar la evolución de la enfermedad.

¿A qué edad se podrían detectar?

B.R.: Es posible que los síntomas cognitivos puedan diagnosticarse muy temprano, en muchos casos a partir de los 11 o 12 años. El problema es que la esquizofrenia sólo se diagnostica a partir del primer episodio psicótico, y por lo tanto los síntomas cognitivos no se vinculan a la enfermedad hasta que esto ocurre. En cualquier caso, la adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de la esquizofrenia.

O.M.: Aún no tenemos una manera fiable de diagnosticar la esquizofrenia a partir de los síntomas cognitivos. Tendremos que mejorar en diagnóstico precoz para poder contener la enfermedad antes de que cause estragos.

¿Qué aporta su investigación cara a mejorar el diagnóstico precoz o los tratamientos?

O.M.: En el diagnóstico precoz, poco. Pero respecto al tratamiento, muestra que un fármaco que actuara sobre el sistema de la proteína NRG1 y el receptor ErbB4 podría ser eficaz para frenar la progresión de la esquizofrenia.

¿Cuántos años pueden hacer falta para desarrollar un fármaco así?

O.M.: Hará falta, por un lado, desarrollar la molécula y, por otro, conseguir que llegue al cerebro y que actúe allí donde es necesario. No va a ser fácil, pero esta es la dirección en la que tenemos que ir. Y nos consta que hay compañías farmacéuticas que trabajan en esta línea.

Los expertos en drogas dicen que el consumo de marihuana eleva el riesgo de sufrir brotes psicóticos y esquizofrenia. Pero, por lo que ustedes dicen, la enfermedad ya ha aparecido a edades más tempranas.

B.R.: La marihuana no es la causa de la esquizofrenia pero puede contribuir a su aparición. Por eso, entre dos personas con una misma predisposición a sufrir brotes psicóticos, la evolución de la enfermedad puede depender de si se fuma o no marihuana.

¿Cómo saber si se es propenso a sufrir brotes psicóticos?

B.R.: No tenemos por ahora ningún test para predecirlo. Pero si en una familia hay antecedentes de esquizofrenia, yo aconsejaría evitar a toda costa el consumo de marihuana.

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Fuentes:

– http://enpsicologia.com/consumo-de-sustancias-y-edad-de-aparicion-de-la-psicosis/

– http://www.lavanguardia.com/ciencia/20110220/54117801375/hay-que-evitar-la-marihuana-en-familias-con-casos-de-esquizofrenia.html

-http://www.salud180.com/jovenes/adicciones/drogas/marihuana-genera-problemas-similares-a-la-esquizofrenia

Psicopatía y Psicópatas: “Enfermedad” o disfunción psicológica = Variables internas, más tempranas (niñez), como consecuencia de disfunciones parentales (Padre, Madre o ambos) o de crianza temprana, que “impiden” o “inhabilitan” considerablemente el desarrollo de la empatía, la capacidad de arrepentimiento y refuerzan el egocentrismo (abandono emocional) y la compensación sádica del comportamiento con otros (malos tratos y abusos).
Estado Psicótico y Psicóticos: “Episodio psicopatológico agudo” (día de furia), muchas veces único, disfunción general circunstancial (perdida del juicio o desconexión temporal con la realidad) inducido o gatillado por el consumo y abuso de drogas o alcohol, lo cual provoca un efecto potenciador (amplificador) de rasgos limitantes, más comunes, que afectan la salud mental de las personas.

Mató a tres mujeres en 1963 y golpeó con un martillo a muchas más para robarles. Provocó una psicosis hasta que fue detenido y condenado a perpetua.

Aníbal González Igonet, El Loco del Martillo, era el preso más antiguo de la Argentina y cumplía exactamente 43 años tras las rejas. Obtuvo finalmente la libertad condicional en la causa que lo llevó a la cárcel el 30 de marzo de 1963, acusado –y luego condenado– por asesino serial de mujeres. Página/12 lo entrevistó en forma exclusiva hace cinco años y en aquel momento reveló que González Igonet no tenía ni siquiera un abogado que le presentara un escrito pidiendo la prisión domiciliaria, además de que ningún juez quería firmar la libertad por temor a que el hombre pudiera tener otro brote psicótico de consecuencias imprevisibles.El Loco del Martillo atacó en los años ’60 a muchas mujeres con un martillo, siempre les robaba unos pocos pesos y nunca intentó ningún tipo de abuso sexual. En aquellos ataques asesinó a tres mujeres. Un hombre que estuvo tres años preso y terminó sus estudios de abogacía en la cárcel, Ariel García Furfaru, se ocupó del caso de González Igonet y finalmente logró que anoche durmiera en su casa de La Matanza. Con él estaba su hermana, que en los 43 años de prisión no dejó de visitarlo nunca.

El 14 de enero de 1963, El Loco del Martillo entró en la casa de Emilia Ortiz. Mientras dormía, la atacó a martillazos hasta que se desvaneció. De la casa se llevó unas pocas cosas. Unos días más tarde, hizo lo mismo en la casa de la señora Torretti y después siguieron siete ataques más. Entraba en casas de mujeres solas, nunca intentó un ataque sexual, robaba muy poco y golpeaba con el martillo. El desastre se desató a partir del 8 de marzo de 1963. Esa noche mató a Rosa de Grosso, el 22 a Virginia González y el 23 a Nelly Fernández. La psicosis fue terrible en todo el país: centenares de miles de mujeres se encerraron en sus casas, varios hombres estuvieron a punto de ser linchados porque se sospechó que eran el Loco del Martillo hasta que el 30 de marzo de 1963 fue detenido. Llevaba encima una sevillana y en un baldío ubicado junto a la casucha en que vivía se encontró el martillo con el que atacaba a sus víctimas.

Cuando Página/12 lo entrevistó en exclusiva en 2001 insistió en que él no mató a nadie y que la confesión le fue extraída mediante tortura. Esa confesión fue lapidaria: “No quise matar –dijo en 1963 ante el juez–, pero estaba muy necesitado y sólo buscaba la oportunidad para llevarme algo de valor. No sé por qué lo hice. A veces me parece que yo no lo hice. Elegí a mujeres porque eran las que menos peligro presentaban”.

El caso de González Igonet demuestra que la permanencia en prisión depende de los recursos del encarcelado. El Loco del Martillo no tenía un peso y, por lo tanto, ningún abogado siguió su caso. La reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado casi nunca significa que el condenado permanezca en la cárcel durante más de 25 años. A partir de ese momento se suele pedir una junta médica para que evalúe si el preso está en condiciones de salir, más todavía si se considera que El Loco del Martillo lleva 21 años consecutivos con conducta 10. En el encuentro de 2001 con este diario, González Igonet pidió tres cosas: un abogado que lo ayudara, el traslado desde Sierra Chica a una prisión para mayores de 60 años –a lo que accedieron tras la entrevista el juez y el Servicio Penitenciario– y una radio para escuchar a Boca. El destino quiso que otro preso, que conoció a González Igonet en la Unidad 12 y que se recibió de abogado, terminara siendo la tabla de salvación. Ariel García Furfaru tomó el caso y la jueza de Ejecución Penal de La Plata, Claudia Marengo, se ocupó del expediente y mandó a realizar las pericias que correspondían hacer. Además, un reciente fallo de la Corte Suprema lo favoreció. Cuando este periodista entrevistó a González Igonet, el diálogo tuvo ribetes asombrosos:

–¿Cómo puede ser que lleve cuatro décadas preso?

–No sé. El juez que me condenó, Pedro Heguy, ya murió y ahora creo que estoy en manos de una jueza.

–¿No pidió la libertad?

–Y, sí, yo escribí unos papeles a mano pidiendo mi libertad.

–¿Y qué le contestaron?

–No, no me contestaron nada.

–¿Después de cuatro décadas usted se considera inocente?

–Puede ser, puede ser. Mire, pasé casi toda mi vida en el peor lugar, Sierra Chica. Sufrí hambre, mucha hambre. Yo no pierdo las esperanzas de salir algún día y estar los fines de semana con mi hermana.

Este es el primer fin de semana que González Igonet pasará con su hermana en La Matanza. Podrá escuchar el Boca-River en libertad tras 43 años. 

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-64668-2006-03-24.html   

La Policía busca a este «destripador» neoyorquino. «No es un ex policía ni es un genio, es una persona por debajo de la media», advierte un experto

Nueva York vive en un estado de fascinado terror ante la emergencia de un nuevo asesino en serie que llevaría años arrojando los restos desmembrados de sus víctimas a la espesa maleza que rodea las playas de Long Island. No es la primera vez que estas playas devienen un cementerio informal de la mafia o de asesinos particulares que, como en este caso, se dedican al exterminio de prostitutas. Pero la imaginación mediática y popular ya ha creado un mito siniestro, un cruce entre el Norman Bates de «Psicosis» y el Hannibal Lecter de «El silencio de los corderos», que podría ser incluso un expolicía dada su habilidad para eludirla. En cambio la ciencia especializada advierte de que hay que estar preparado para que el asesino, cuando se le encuentre, sea una persona vulgarísima y con una inteligencia incluso por debajo de la media.

«A la gente le gusta pensar que los asesinos en serie son unos genios»

«A la gente le gusta pensar que los asesinos en serie son unos genios, mentes malignas pero superiores que hablan seis idiomas, entienden de literatura clásica y de vinos, etc. Pero en general suelen ser personas no ya intelectualmente normales sino por debajo de lo normal. Muy poco listos, muy decepcionantes. Que sepan que la policía no puede localizar una llamada de duración inferior a tres minutos no prueba nada excepto que ven la tele. Cualquier serie de detectives te enseña eso», afirma convencido Louis B. Schlesinger, profesor de psicología forense en el John Jay College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY). Schlesinger es autor de una masiva investigación sobre el comportamiento en la escena del crimen de 37 asesinos sexuales en serie con un total de 162 víctimas, por encargo del FBI. Está acostumbrado a colaborar con la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI y no tiene ninguna duda de que acabarán atrapando al asesino. «Mi confianza es total», asegura en declaraciones para ABC.

Es hermosa esta confianza del especialista, pero los profanos necesitamos algún refuerzo extra. Por ejemplo, si este tipo de criminales son en el fondo tan lerdos, ¿por qué cuesta tanto atraparles? Si las informaciones no fallan, el nuevo asesino en serie de Long Island lleva arrojando cuerpos al mar desde el año 2007. Estamos en 2011. Respuesta del profesor Schlesinger: «La mayoría de los crímenes se ajustan a una pauta lógica o por lo menos previsible de relación entre asesino y víctima: si muere una mujer, el primer sospechoso es su marido, o sus amigos, o su hermano, etc. Pero con los asesinos en serie no hay ninguna relación, ningún hilo del que tirar, porque matan aleatoriamente». Aleatoriamente sí, pero no tanto: por algo a este le llaman el destripador de Long Island, o el asesino de la Craigslist, que es el portal multianuncios de Internet a través del cual ofrecían sus servicios como prostitutas las cuatro víctimas identificadas hasta ahora. Entre los restos humanos encontrados por los submarinistas de la policía y por las unidades de élite del FBI figura el cuerpo de un niño de dieciocho meses, pero eso podría ser una complicación imprevista para el asesino, que por lo general parece ajustarse a una pauta muy determinada.

En sacos de lona

¿Cómo funciona la cabeza de alguien que se dedica a matar prostitutas y a hacer desaparecer sus cuerpos despedazados metidos en sacos de lona (no en todos los casos)? ¿Es alguien que odia a las mujeres que venden sus favores y quiere castigarlas por ello? Muchas veces se ha querido ver un impulso moralista extremo en este tipo de crímenes, pero una vez más la ciencia nos informa de que la vox populi está equivocada. «Un asesino sexual en serie mata porque le excita sexualmente matar, porque matando obtiene placer», nos alecciona el profesor Schlesinger. «Si elige prostitutas no es porque las odie especialmente, sino porque son más fáciles de captar como víctimas, de atraer a un sitio donde el criminal se sienta seguro». Si se piensa tiene lógica: ¿cuánto tiempo y esfuerzo necesitaría alguien para hacerse acompañar a lugares retirados por una mujer que no le conoce de nada, si no hubiera dinero de por medio? Sólo hay que echar un vistazo a la lista de los mayores asesinos en serie de la historia para darse cuenta de que en general seleccionan a sus víctimas porque son más débiles o más fáciles de matar que otras. Puro sentido práctico.

Científicamente hablando, matar es una aberración sexual más

Muchos años después de publicarse las obras del marqués de Sade, las gentes de bien nos seguimos preguntando: ¿y cómo es posible que alguien obtenga placer al matar, y que este placer sea además tan intenso como para equipararse o dar lugar a la excitación sexual? Schlesinger nos recuerda cuán oscuras pueden llegar a ser las pulsiones eróticas del ser humano, que incluyen excitarse con un objeto o abusando de un niño. Científicamente hablando, matar es una aberración sexual más, una conducta desviada que encuentra el placer ejerciendo un absoluto y despiadado dominio sobre otra persona.

En sus informes para el FBI, Schlesinger ha analizado ejemplos espeluznantes; hay criminales que casi estrangulan a su víctima, en el último minuto aflojan la presión y, cuando esa persona ya se ha hecho ilusiones de que le van a perdonar la vida, rematan la asfixia. Que por cierto parece ser el método usado por el homicida de Long Island. En los años 20 también se dio el tremendo caso de Albert Fish, que secuestró, mató y se comió a una niña de 9 años. Consiguió salir impune del crimen durante mucho tiempo, y no le habrían atrapado de no haber decidido mandar una carta a la madre de la niña, describiendo el asesinato con pelos y señales. Este acto de crueldad inconcebible le perdió, pues fue lo que puso a la policía tras sus pasos.

Llamadas a la hermana de la víctima

Esta pauta coincidiría con las llamadas que una hermana de las víctimas de Long Island recibió durante semanas por parte del asesino. «Hablamos de gente extremadamente sádica», remacha Schlesinger, convencido de que haciendo estas llamadas espantosas el criminal volvía a excitarse sexualmente. Era un placer colateral al del mismo crimen. Una secuela.

La policía y el FBI han recibido cientos de llamadas con otras tantas pistas

¿Cómo se da caza a una bestia así? La policía y el FBI han recibido cientos de llamadas con otras tantas pistas. La mayoría conducen al vacío. Schlesinger reafirma su confianza en el Buró de Investigación y en sus métodos, que conoce a la perfección: «Ellos saben lo que están buscando, saben cuál es la mejor manera, por no decir la única, de atrapar a un asesino en serie». ¿La delación por parte de un familiar o conocido, como pasó con el célebre terrorista Ted Kaczynski, más conocido como Unabomber? «No, porque los asesinos sexuales suelen actuar en solitario, sin que nadie sospeche su actividad, ni siquiera su familia o su pareja si la tienen», concluye el experto. Entonces el gran as en la manga de la ley es que aparezca una víctima superviviente. Alguien que consiguió escapar y es capaz de identificar a su casi asesino.

«Es muy común que se escape alguna víctima sobre todo al principio, cuando el asesino todavía no ha perfeccionado su técnica», aventura el experto en psicología forense. Pero de ser así esa víctima llevaría por lo menos cuatro años callada. Lo cual no es motivo para desanimarse; es hasta cierto punto «normal» que una prostituta tenga recelos ante la idea de acudir a los agentes de la ley. Un somero repaso a la breve biografía de las chicas muertas identificadas no puede ser más desolador en este sentido: además de vender sus servicios sexuales, por lo menos la mitad de ellas se habían visto ante un juez o estaban ligadas sentimentalmente a delincuentes. Un panorama patético.

¿Sigue viva Shannan Gilbert?

Y sin embargo hay un nombre que podría ser clave: el de Shannan Gilbert, una prostituta desaparecida el pasado día 1 de mayo. Su madre asegura que al día siguiente recibió la llamada de un médico vecino de la zona donde han aparecido los cadáveres, Peter Hackett (antiguo cirujano policial), afirmando que Shannan se encontraba en una casa de acogida para expresidiarios, toxicómanos e indigentes regida por él mismo. Hackett niega haber realizado jamás una llamada así o ni siquiera conocer a la chica. La policía ha hablado dos veces con él pero no le ha detenido ni presentado cargos. ¿Pudo ser otra persona quien llamara haciéndose pasar por él? Por lo demás otro vecino de la zona, un jubilado de 76 años llamado Gus Coletti, cuenta que ese mismo día a las cinco de la mañana una joven prostituta llamó a su puerta y le pidió dramáticamente ayuda. Él llamó a la policía pero entretanto la mujer huyó.

¿Sigue viva Shannan Gilbert? Por ahora nadie ha puesto su nombre a ninguno de los restos humanos aparecidos en las playas. La familia insiste en que su cadáver no tiene pérdida porque, a raíz de una operación, Shannan Gilbert lleva una pieza metálica en la mandíbula. Si no aparece nada parecido, quizás es cuestión de muy poco tiempo que también al sádico carnicero de Long Island le llegue su San Martín.

Fuente: http://www.abc.es/20110417/internacional/abci-destripador-nueva-york-long-201104170817.html