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Los homicidios de proximidad son delitos consumados entre parientes o conocidos; por eso se llaman también homicidios familiares. En Italia son un fenómeno en contratendencia respecto de los otros homicidios: los delitos relacionados con la mafia bajan, también los muertos por asaltos; en cambio, crecen los delitos entre parientes o conocidos, como si éste fuese un aspecto propio de la contemporaneidad.

Dentro de los homicidios familiares nos interesa centrarnos en una cuestión: madres o padres que matan a sus hijos. Se trata de considerarla en el marco de la subjetividad contemporánea, no en el de una psicología individual o un diagnóstico patológico. Es un hecho que se está presentando con frecuencia en Italia, en ciudades donde aparentemente abunda un cierto bienestar económico; suele tratarse de personas que hasta ese momento llevaban una vida “normal”.

Los padres matan tanto como las madres, pero hay una diferenciación marcada con respecto a la edad de la víctima: las madres matan a hijos de entre 0 y 6 años; en cambio, los padres matan a hijos adolescentes o adultos. En cuanto a la edad del homicida: la mayoría de las madres tiene menos de 40 años, mientras que los padres homicidas suelen sobrepasar esa edad.

Estamos empezando el trabajo, y nos hemos planteado algunas preguntas. Una primera cuestión es la del exceso, en una sociedad donde supuestamente no falta nada y todo se puede comprar. ¿El filicidio es un síntoma de la sociedad italiana?

Si sostenemos que el sistema del capitalismo, acoplado a la ciencia, forcluye el amor, destinándole al hombre una posición de objeto, de desecho, también los hijos se presentan como tales; especialmente aquellos que en los primeros años de vida no representan un valor de mercado y son entonces descartables.

Hay un silencio que asombra; una complicidad y temor de familiares, amigos y vecinos; una discreción que llega al autismo social. ¿A nadie pueden recurrir un padre o una madre antes de matar a su niño? ¿No hay palabra? ¿No hay a quién dirigirla? ¿No es escuchada? ¿Qué sucede con el instrumental simbólico?

O bien, si se tratara de plantearlo en términos de poder, ¿qué poder puede ejercer una madre o un padre al matar a un hijo, qué significa ese poder?

En general, hay muy poca información sobre las motivaciones del filicidio; eso es porque el/la homicida se suicida después de matar al hijo, o porque simplemente declara no acordarse de nada, y el caso se liquida con la atribución de una presunta enfermedad mental. Hay también varios casos de filicidio catalogados bajo el “síndrome de Medea”, que es el caso del progenitor que mata al hijo para herir al consorte.

Pasión de Medea

Nos equivocaríamos si, al leer Medea de Eurípides, redujéramos la cuestión al síndrome que lleva su nombre. Claro que está presente, tal como resulta del diálogo entre el coro y Medea:

Corifeo: ¿Entonces a tu prole, mujer, vas a matar?

Medea: Sí, porque es lo que más dolerá a mi marido.

Corifeo: Pero infelicidad suma en ello te causas.

Medea: ¡Ea! Sobran ya todas las palabras inútiles. ¡Vamos, pues!

Pero lo más interesante es el monólogo final de la tragedia, cuando Medea decide dar muerte a sus hijos. Se muestra arrepentida: ya no quiere matarlos. Después lamenta su falta de valor, reacciona. Parece que va a decidir su perdón, pero al final se decide a matarlos. La última parte del monólogo dice: “No temblará mi mano. ¡Ah! ¡No hagas eso, corazón mío! ¡Deja a tus hijos, miserable! ¡Perdónalos! Allá te servirán de alegría, si viven. No, ¡por los vengadores subterráneos del Hades! Jamás dejaré mis hijos a mis enemigos para que los ultrajen. Es absolutamente necesario que mueran. Y puesto que es preciso, los mataré yo, que los he parido. Así está decidido y así se hará”.

El monólogo muestra que los hijos son suyos, son objetos de la madre, y ella puede hacer con ellos lo que quiere. Son tan suyos que finalmente se decide a matarlos para que no sean presos del enemigo, es decir, que les da la muerte por su bien.

Como conclusión de la obra, hablará el coro.

Corifeo: “Muchas cosas el Zeus del Olimpo gobierna; lo que cumplen los dioses prever no se puede. Lo esperado no dejan que llegue a su fin, consiguen que se haga real lo imposible. Así en esta historia ocurrió”.

Los dioses consiguen que se haga real lo imposible. Tal vez el filicidio sea un modo de concluir aquello que es imposible: poseer al hijo como objeto.

Finalmente señalamos una frase que, en la obra de Eurípides, pronuncia el mensajero, apenas antes de que la tragedia se cumpla:

Mensajero: “No hay de los humanos nadie que feliz sea: uno puede tener más suerte que los otros si le afluyen los éxitos, pero eso no es la dicha”.

El síndrome de Munchausen

Todas estas mujeres son víctimas del síndrome de Munchhausen que es el tema de este ensayo, a lo largo del cual, trataremos los síntomas de este síndrome, sus especies, su origen y su tratamiento.

Una investigación médica grabó en una clínica de Atlanta a decenas de madres maltratando a sus hijos. Caso  como el de Kathy Bush, una madre diagnosticada con síndrome de Munchausen que ha sido condenada por abuso infantil y puede pasar el resto de su vida en la cárcel, llegó a embaucar a la propia esposa del presidente Bill Clinton, Hillary.

Hace tres años, la primera dama la presentó en una conferencia en la Casa Blanca como ejemplo de padres que sufren por los altos costos de los seguros médicos. Su hija, Jennifer Bush, había sido operada 34 veces en sus once años de vida a causa de una misteriosa enfermedad que le hacía vomitar todo lo que ingería y que la obligaba a alimentarse a través de un tubo en su estómago.

Poco después se descubrió que Kathie padecía una enfermedad mental que la empujaba a envenenar a su propia hija. Un estudio hecho público esta semana, prueba que el caso de esta mujer no era aislado: en un hospital infantil de Atlanta, las cámaras de vídeo sorprendieron a 23 madres -11 de ellas enfermeras- inyectando orina a sus hijos, cambiandoles los medicamentos o intentando ahogarles.

La tragedia de Kathy Bush puso por primera vez al descubierto un  problema sanitario y criminal cuyo alcance exacto todavía se desconoce. Dos años después, en California, se descubrió que otra mujer, Mary Noe, había matado, poco a poco, a sus diez  hijos a causa del mismo síndrome.

El informe elaborado ahora por los médicos de la Universidad Emory de Atlanta y publicado en la revista Journal of Pediatrics, aporta datos inquietantes sobre la frecuencia con que repiten este tipo de historias en EE UU. Las madres con síndrome de Munchausen causan daño deliberadamente a sus hijos y luego mienten sobre el origen de las extrañas dolencias para satisfacer su enfermiza necesidad de llamar la atención, a veces para salvar su matrimonio o ganarse la simpatía de los demás apareciendo como víctimas.

En el hospital infantil Children’s Health Care de Scottish Rite, Atlanta, los doctores no lograban encontrar respuesta para los repetidos ingresos en el centro de niños con inexplicables enfermedades crónicas. El doctor David Hall, director del estudio, decidió hace cuatro años, instalar cámaras ocultas en 41 habitaciones con casos sospechosos. Había por ejemplo niños que padecían infecciones bacterianas que durante meses eran resistentes a cualquier tratamiento. Las cámaras revelaron que la causa era el orín que sus madres les inyectaban a través de los catéteres intravenosos por los que les administraban los medicamentos.

La edad promedio de los niños era de 2 a 3 años, y de no haber sido por las cámaras ocultas muchos podrían haber muerto. En varias ocasiones, el equipo que controlaba los vídeos alertó a las enfermeras para que entraran en las habitaciones. «Las madres paraban lo que estaban haciendo», explicó Hall. «Ha sido una tarea muy poco placentera, porque éste no es el hallazgo que hubiéramos querido obtener».

La enfermedad mental de Munchausen es responsable de al menos un 10% de las muertes infantiles en Estados Unidos, en opinión de los médicos de Emory University que confirmaron las conclusiones de otros estudios anteriores de la doctora Judith Libow, en el Children’s Hospital de Oakland, California, y de la doctora Patricia Siegel, del Children’s  Hospital de Michigan. Sin embargo, todos advierten que la cifra exacta   podría ser bastante más alta, dada la dificultad con la que frecuentemente se topan los especialistas para diagnosticar el síndrome.

¿Conoce a alguien así?

Las señales de alarma descritas por los expertos incluyen:

·         las madres se niegan a que los hijos se separen de su lado o que alguien distinto los cuide;

·         siempre están dispuestas a que al niño le hagan pruebas médicas, tratamientos y operaciones;

·         otros niños que han estado bajo el cuidado de la persona también han padecido enfermedades crónicas inexplicables.

Según el psicólogo especializado en Munchausen Gordon Harper, profesor de la Universidad de Harvard, el hábito de mentir se convierte en una actuación tan perfecta que las madres realmente llegan a creerse que están ayudando a sus hijos. Las 23 madres del hospital de Atlanta han perdido la custodia de sus hijos y están en manos de la justicia, acusadas de maltrato infantil.

¿Por qué?

A estas madres les gusta el prestigio social de una enfermedad misteriosa; les gusta la proximidad a los profesionales médicos poderosos; les gusta la atención y el drama, la prisa de la adrenalina del la Sala de Urgencias. Además de eso, algunos parecían obtener satisfacción por aterrorizar a sus niños.

Estas madres asesinas que se escaparon de purgar  sus crímenes durante años porque muchos de nosotros nos negamos a reconocer que las mujeres son seres crueles capaces de actuar con brutalidad en contra de sus propios hijos, esto es, habitualmente, pensamos que la violencia es privativa del género masculino, todavía se considera universalmente que solo varón es capaz de ser violento.

Los hombres son la causa de él, y las mujeres y niños son los la que sufren.  La sabiduría convencional, nacido de paternalismo anticuado y del existencialismo feminista, sostiene que cuando las mujeres lesionan o matan, ellas tan solo lo hacen en defensa propia. Lo cual es un grave error ya que la mujer puede ser como violenta y cruel, tan ávido o tan vicioso como un hombre y estas mujeres delincuentes  deben tomar la responsabilidad por sus crímenes.

¿Qué es el Síndrome de Munchausen?

Aunque no raro, este síndrome es difícil de descubrir y confirmar. En 1951, los Dr Richard Asher usaron el término “síndrome de Munchausen” para describir a adultos que se inventaron enfermedades para conseguir la atención médica, para adoptar el papel de enfermedad y recibir  los procedimientos médicos totalmente innecesarios si como los tratamientos, pero sobre todo recibir la constante atención del personal médico y la fama y celebridad de padecer una enfermedad “rara” o desconocida.

El término fue acuñado  en referencia al Barón Von Munchhausen mercenario militar de Münchhausen que era conocido por los cuentos de ficción y mentiras de  grandes viajes. El Prado de Roy acuñó el término el síndrome de Munchausen para describir a 2 madres que en 1977, mintieron  respecto a síntomas que dijeron padecían sus dos niños, los cuales  eran provocados por ellas mismas. Uno de los niños tenía una historia afecciones respiratorias que se  prolongó mucho tiempo, pasando de asfixia recurrente a la orina sangrienta, y el otro tenía una historia de hipernatremia (exceso de sodio en la sangre) recurrente.

El primer niño cuyos síntomas sólo ocurrieron en la presencia de su madre, mejorado durante el tratamiento psiquiátrico de la madre por su conducta abusiva. Los síntomas del segundo niño sólo ocurrieron en casa, y él  murió como resultado de hipernatremia severa. En 1994, el médico informó que la madre del muchacho admitió a su psiquiatra que ella mató a su hijo con el envenenamiento de sal. Estos 2 casos subrayan la importancia de reconocimiento temprano del Síndrome Munchhausen por la gravedad de sus consecuencias.

En esta discusión, se repasan varios aspectos de este síndrome, incluso el predominio, las características de los delincuentes y sus víctimas, complicaciones, diagnóstico.

Un problema preocupante

Aunque no precisamente conocido, la incidencia y predominio de este síndrome es preocupante. Más de 700 casos se han documentado en los países de habla hispana, pero estos casos sólo reflejan los casos más severos del Síndrome de Munchhausen. Un equipo de estudiosos informó incidencia inconstante del Síndrome. Un estudio encontró que 1% de niños con el asma sea víctimas de sus madres que padecen este síndrome. En otro informe de niños con las alergias de comida, 16 en 301 niños (5%) se identificó como las víctimas de este síndrome. En un pueblo inglés pequeño con una población de 200,000, se informaron 39 casos de sofocación intencional de niños encima de un periodo del 20 xaño (1 en 25,000). En 1991, Schreier y Libow dirigieron un estudio de 880 neurólogos pediátricos y 388 gastroenterologos pediátricos en el EE.UU. con las proporciones del retorno de 21. 8% y 32. 4%, respectivamente. Entre los 316 médicos que respondieron al estudio, 212 informaron un contacto con 192 sospechoso y 273 víctimas inveteradas del Síndrome de Munchhausen  Un estudio por la Unidad de Vigilancia de Asociación Pediátrica británica encontró 128 casos de este síndrome, informado en el Reino Unido e Irlanda en un periodo del 2 x año, con una incidencia de 2. 8 por 100,000 niños menores de 1 año de edad  y 0. 5 por 100,000 niños menores de 16 años.

Usando éste criterio, aproximadamente 625 casos de envenenamiento y sofocación atribuible a este síndrome puede esperarse en EE.UU. cada año. En más de 95% de casos del Síndrome de Munchhausen, la madre es quien ocasiona las enfermedades del niño.

Cómo se presenta

Los síntomas del niño normalmente ocurren solamente en la presencia de la madre y menguan en su ausencia. A veces se llama al compañero de la madre, u otros miembros familiares, y vecinos para que den testimonio de los «síntomas» que padece el niño.

Estos eventos los usan las madres para probar la enfermedad supuesta del niño a los médicos,  frecuentemente se describen a las madres muy cuidadosas y atentas y por supuesto consagradas a sus niños.

Sin embargo, no todas las responsables encajaron este «perfil de madre abnegada» y también pueden presentar se como hostiles, emocionalmente débil, y evidentemente ímprobo. Aunque desde luego estas personas pueden ser muy engañosos y manipuladores.

Su habilidad de convencer a otros no debe infravalorarse. El abuso se premedita, calculado, y sin provocación. La madre puede tener un conocimiento anterior o entrenando en la profesión médica y a menudo se fascina con el campo médico. Ella aspira establecer relaciones íntimas con el personal médico y frecuentemente se vuelve una fuente de apoyo para miembros del personal o las familias de otros pacientes.

La madre normalmente  se muestra calmada ante la confusión que denotan los médicos ante la enfermedad misteriosa que su niño está experimentando. Ella tiende a seguir más el diagnóstico y los tratamientos prescritos por el médico, sin tener en cuenta el dolor que ellos pueden infligir en su niño, y casi siempre resiste las órdenes de alta hospitalaria y los resultados diagnósticos negativos.

La sospecha de un médico o el rechazo para continuar las evaluaciones pueden animar a que la madre lleve al niño para consultar a otro médico. Las madres que padecen este síndrome, reconocen su conducta injusta, pero tienen gran cuidado para ocultar sus acciones y raramente admitir sus actividades abusivas.

Y, ¿qué pasa con el esposo?

El compañero de la madre es a menudo desinteresado de la familia y raramente juega un papel activo en el cuidado médico del niño. Confiando en la madre de su hijo, los compañeros  pueden apoyarlas e ignorantemente pueden volverse cómplices pasivos del abuso continuado.

En algunos casos, la madre abusiva ha sido sospechosa de fabricar los síntomas de su niño para intentar que su compañero regrese a la familia.

¿Están locas estas mujeres?

Una minoría (10-25%) mujeres también induce los síntomas en ellas mismas. La madre en cuestión, raramente tiene una enfermedad mental severa (como la esquizofrenia), aunque  todo parece indicar que la presencia de uno o más desórdenes de personalidad es común.

También puede tener una historia familiar en la que fue ignorada por sus padres y siempre se sintió relegada. La historia familiar de esta mujer puede revelar los tipos constantes de abuso, o de enfermedades raras en miembros de la familia.

En más de 95% de casos de este síndrome, la madre es la culpable de las enfermedades del niño.  Los estudios han informado que, rara vez, es el padre, el responsable en estos casos. En estas situaciones, los padres se presentaron como perturbados y mentalmente inestables. Otros tipos de responsables de esta clase de abusos, incluyen: abuelos, padres adoptivos, y  niñeras.

¿Cuándo comienza?

El abuso del niño normalmente empieza temprano en la vida. Según Rosenberg, la edad promedio del diagnóstico del síndrome Munchshausen era 3 a 4 años de edad, aunque también se hicieron víctima los niños más grandes. Semejantemente, en un reciente informe por el McClure , la edad del promedio del diagnóstico era 20 meses, con distribución sesgada hacia el grupo de edad más joven.

En un informe médico, la sofocación empieza entre los primero y terceros meses de vida y dura durante 6-12 meses o hasta que el paciente  muera.

¿Cuáles son los síntomas aparentes?

Los niños normalmente se presentan con una serie de dolencias que provienen de órganos diferentes. La revisión de los primeros 20 años de la condición describió 68 síntomas diferentes, señales, y resultados del laboratorio en 117 casos de Síndrome Munchshausen, con aproximadamente 70% de síntomas inducido o ficticios que ocurren en el hospital. Actualmente, se han informado más de 100 síntomas.

Los más comunes incluyen el dolor abdominal,  vomito, diarrea, la pérdida de peso, cólicos, el apnea, las infecciones, las fiebres, sangrando, envenenamiento y letargo. Un estudio informó las enfermedades múltiples en 64% de 56 niños del índice que eran víctimas de este Síndrome.

Otros informes indican que algunos niños presentan del principio con un solo evento serio, como el episodio de apnea severo sin la historia anterior de fabricación.

¿Qué hacen los niños?

Niños más grandes que son a menudo víctimas de este síndrome conspiran con sus madres confirmando las historias más improbables incluso sobre sus historias médicas, a veces por el miedo de contradecir sus madres y otros  debido a la persuasión de sus madres. Algunos de estos niños creen que ellos están muy enfermos, con un desorden misterioso que los doctores no pueden deducir.

En otros casos, el niño es consciente que la explicación de la madre es improbable, pero no habla, por miedo a la venganza de la madre o que nadie les creerá.

Señales de alarma

Por lo anterior se han propuesto varias señales de advertencia para alertar al personal médico de  la posibilidad del Síndrome de Munchshausen. Éstos incluyen:

·         que extraordinariamente se prolonguen síntomas inexplicables;

·         los tratamientos médico son totalmente ineficaces o malamente tolerados;

·         y el niño presenta alergia a una gran variedad de comidas y medicamentos.

Siegel y Fischer sugirieron que los pediatras se pregunten lo siguiente:

1.- ¿la valoración clínica del estado médico del niño es consistente con la descripción de la madre?

2.-¿el diagnóstico objetivo evidencia para que la condición médica del niño exista?

3.- ¿tiene cualquier miembro del personal, incluso el pediatra, dado testimonio de los síntomas?

4.- ¿Es la madre tranquilizada por los resultados de prueba negativos?

5.- ¿el tratamiento está proporcionándose al niño principalmente debido a las demandas persistentes de la madre?

Los médicos deben recordar que la fabricación persistente, exageración, y simulación de los síntomas del niño, reflejan un problema patológico de la madre. En algunos casos de síndrome de Munchausen, la fabricación de síntomas puede una escalada si la madre desea continuar su relación con el sistema médico o si la contestación del médico le parece inadecuada a la madre o poco satisfactoria. Finalmente, es importante  recordar que la existencia de una enfermedad real en el niño no significa que no pueda coexistir con el síndrome de Munchausen.

Los hermanos

Los hermanos pueden ser víctimas del mismo abuso por el mismo padre. Según Rosenberg, se abusaron 5% de hermanos. En una serie que estudio la muerte de 27 infantes que fueron sofocados, 48% tenían un hermano que según se alega se murió de síndrome de muerte infantil súbito (SIDS).

Las consecuencias

La incidencia de muerte y las complicaciones médicas serias precisamente no se conoce. La mortalidad tasa el rango de 9-31% entre los casos del índice, con la mayoría informando una proporción de mortalidad de 9-10%.

La morbilidad puede ser el resultado directo del abuso o una consecuencia de diagnóstico múltiple e intervenciones de las terapéuticas realizado por los facilitadores del médico inconscientes. Los McClure  informaron que se admitieron 122 de 128 niños abusados en el hospital como resultado del abuso. De los 128 niños, 119 (93%) tenía intervenciones  innecesarias, 45 enfermedades médicas mayores sufridas, 31 dolencias físicas menores tenidas, y 8  murió. En un estudio más temprano de 51 clínicas de apnea infantiles, 54 de 20,090 niños (0. 27%) era víctimas del síndrome de Muchausen. Veintiuno de estos 54 niños recibió resucitación cardiopulmonar, y se hospitalizaron 24.

Las víctimas de este síndrome no se presentan sólo con las dolencias físicas induciddas, sino que también pueden manifestar síntomas psicológicos fabricados. Además, el impacto de abuso de este síndrome no sólo es físico. Similar a las víctimas de otros tipos de abuso, los niños con síndrome Muchausen padecen también desórdenes emocionales y psicológicos a largo plazo.

McGuire y Feldman describieron a 6 niños que exhibieron problemas conductuales e incluso desórdenes de alimentación en los bebés; el retiro, la hiperactividad, y conductas conflictivas en los preescolares; y síntomas de conversión en los niños más grandes y adolescentes. Los niños más grandes toleraron a menudo y cooperaron con sus padres en su propio abuso y las enfermedades médicas fabricadas.

Algunos de estos niños desplegaron problemas conductuales que incluyeron trastornos emocionales y desórdenes de la conducta, inasistencia escolar, miedos y anulación de lugares específicos o situaciones, trastornos del sueño, y rasgos de desorden nervioso. Los muchachos tenían más perturbaciones que las muchachas.

La mayoría de los niños que  permanecían con sus madres se expuso a la fabricación repetida. Los niños con «resultados inaceptables» estaban más grandes en el momento de abuso y más probablemente habrían hecho víctima a los hermanos.

Consecuencias en la adultez

En una encuesta realizada a 10 adultos que se identificaron como sobrevivientes del síndrome de Munchausen durante la niñez se encontró que en el momento del abuso, estas víctimas se sentían inseguras y no queridas por sus padres.

Siendo niños, experimentaron tensión emocional y problemas de depresión serios. También presentaron problemas de educación, como son el ausentismo, falta de atención, o ansiedad.

Obstáculos al diagnóstico

Varias barreras retardan a menudo el descubrimiento y confirmación de un diagnóstico de síndrome de Munchausen oportuno. Estas barreras incluyen a lo siguiente:

·         El fracaso para considerar el Síndrome de Munchshausen en el diagnóstico diferencial

·         Falta de familiaridad con el síndrome de Munchshausen por pediatras y otros miembros del cuerpo médico

·         Falta de certeza diferenciando ansiedad paternal y/o preocupaciones de la patología, por la tendencia de del médico a creer la historia médica proporcionada por la madre.

·         La habilidad de la madre para presentar un muy persuasivo y complicado historial  médico de médicos múltiples, a menudo en hospitales diferentes y a veces de varios ciudades

·         Temor a una imputación falsa y a las repercusiones legales subsecuentes

·         La reticencia para separar al niño de la familia, para evaluar la condición médica del niño sin la cercanía de la madre.

Métodos diagnósticos

Varios estudiosos de la materia han intentado formar un criterio múltiple para la identificación del sindrome de Munchausen para lo cual  desarrollaron 18 pautas basadas en su experiencia y las recomendaciones de prestigiados psicólogos. Estas pautas están divididas en 3 categorías basadas en rasgos específicos identificados en la víctima, la madre, y la familia.

Estas pautas se resumen como sigue:

·         Obtener y verifica la víctima y las historias médicas y sociales pertinentes de familia, hospitalizaciones anteriores, y los archivos médicos.

·         Entrevistas el padre y cualquier otro miembro familiar solo cuando la madre no está presente con el fin de validar las historias de la madre.

·         Internar al niño en hospital para observar la interacción  madre-hijo, vigilancia  cercana  de la madre, para obtener una relación temporal entre los síntomas y la presencia de la madre.

·         Separar al niño de la madre de requerirse para proteger a la víctima y confirmar cesación de los síntomas del niño durante la ausencia de la madre.

·         Durante la hospitalización y bajo la observación íntima, obtenga del cuerpo del niño  las muestras fluidas para las pantallas de toxicología y cualquier otra investigación pertinente. Si un equipo multidiciplinario está de acuerdo en el procedimiento, pueden usarse las cámaras ocultas para grabar las interacciones del niño y la madre en la escena del hospital.

·         Obtener la evaluación psicológica, y psiquiátrica del niño y la madre.

·         Reuna un equipo para examinar los archivos objetivamente ante la madre y  confrontarla Informe a las autoridades que tenga a su cargo la  protección del niño y sobre los delitos y penas a las que se hace acreedora la madre antes de confrontarla.

·         Asegure la separación del niño y otros hermanos al riesgo después de que la madre está informada del diagnóstico. Para protección adecuada, ubique al niño en un lugar  inaccesible para la madre.

·         Insertar en un tratamiento psicológico y psiquiátrico a corto plazo y a largo plazo para  la madre.

·         Supervisar a largo plazo y de manera cercana por las autoridades es esencial para garantizas seguridad del niño.

Hace falta un equipo multidisciplinario

Varios autores están de acuerdo que un diagnóstico oportuno se logra mejor si el niño es atendido por un equipo multidisciplinario:

·         Los psicólogos señalan que el papel del médico es establecer la presencia de una patología que hace sospechar conductas que han llevado al abuso

·         El papel del psicólogo es evaluar la relación madre-hijo, la condición psiquiátrica de la madre, y el entorno psicosocial  de la familia.

·         El papel del profesional de la medicina es la protección del niño y asegurar la seguridad inmediata y a largo plazo del niño.

·         El papel de las instituciones de protección al menor debe ser proteger al niño haciendo un compromiso fuerte a la vigilancia a largo plazo e intervención de la familia la cual no podrá negarse.

Resumen

El filicidio o asesinato de un hijo, es una forma extraordinaria de homicidio. Se ha asociado comúnmente con el suicidio y la enfermedad psiquiátrica de los padres.

Una investigación realizada por científicos del Hospital Vanha Vaasa, en Finlandia, ha demostrado que las personas que asesinan a sus propios hijos no tienen el síndrome psicótico más acusado que el resto de homicidas. Los resultados se publican en la edición online de BMC Psychiatry.

La directora del estudio, Hanna Putkonen ha explicado que «los resultados refuerzan la impresión general de que los filicidas son un grupo marcado de homicidas. Sin embargo, la patología no surge de un desorden mental como se había supuesto con anterioridad».

Los filicidas no suelen estar borrachos mientras cometen el crimen y tienen menos antecedentes criminales que el resto de los asesinos, suelen tener un empleo estable y no son sociópatas. Sin embargo los investigadores destacan que tienen problemas para demostrar sus emociones y presentan factores suicidas.

* Miembro de la Asociación del Psicoanálisis en la Cultura de Bolonia, Italia. Texto publicado en Letrahora, Nº 7, Revista Internacional de psicoanálisis en la Cultura, mayo 2006.

http://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloID=1935

http://www.psiquiatria.com/noticias/psicosis/43117/

El psicólogo clínico y forense José Manuel Aguilar, primer autor en lengua castellana que ha escrito sobre el Síndrome de Alienación Parental (SAP), referido al uso de los hijos por la madre contra el padre o viceversa en los divorcios, ha empleado su experiencia profesional para reincidir en la novela negra con ‘Lo que nunca te conté’.

El psicólogo clínico y forense José Manuel Aguilar, primer autor en lengua castellana que ha escrito sobre el Síndrome de Alienación Parental (SAP), referido al uso de los hijos por la madre contra el padre o viceversa en los divorcios, ha empleado su experiencia profesional para reincidir en la novela negra con ‘Lo que nunca te conté’.

El primer autor en castellano sobre el SAP usa su experiencia profesional para reincidir en la novela negra

En declaraciones a Europa Press, Aguilar, cuyos trabajos de divulgación e investigación, con cuatro libros y numerosos artículos sobre los procesos de divorcio en los tribunales, le han convertido en un referente en todo el país a nivel pericial, ha explicado que, tras su primera incursión en 2009 en la novela negra, con ‘Lo que tarda en morir un idiota’, merecía la pena dejar de lado por un tiempo el ámbito del ensayo en el campo de la psicología forense y clínica para, aprovechando su experiencia profesional y también vital en la ciudad de Córdoba, donde vive, escribir la que ya es su segunda novela negra.

Editada por Suma de Letras-Santillana, esta nueva obra de ficción de Aguilar vuelve a tener como protagonista al psicólogo forense más atípico, Manuel Artacho, que se enfrenta a un nueva intriga. Una anciana al borde de la senilidad esconde la clave de un asesinato. Con la promesa de desvelar el misterio, el protagonista escucha pacientemente un relato que nos traslada a la Guerra Civil, tablero de juego para los servicios de espionaje extranjeros y campo de entrenamiento para las potencias que se enfrentarán poco después en la Segunda Guerra Mundial.

La narración, según ha informado la editorial, recorre el despertar a la vida de una mujer singular, el descubrimiento y la pérdida de la inocencia y del amor, en el marco de las atrocidades de ese tiempo convulso. Y junto a ella se descubre la presencia, hoy casi olvidada, de nazis en España que, además de prepararse para dominar Europa, extienden sus actividades secretas con el objetivo de asegurarse un lugar bajo el sol, en España. Una historia apasionante que 70 años después aún tiene demasiados cabos sueltos.

Para llevar a cabo su investigación, el protagonista cuenta con un grupo peculiar de amigos y colaboradores, tan inmersos como él en sus propias crisis de identidad, pero dispuestos a atender con cuidado una amistad que les ayuda a sentirse vivos.

De esta forma, Aguilar vuelve a presentarnos una nueva trama donde la investigación de un crimen se resuelve con la indagación histórica y la comprensión del alma humana que brinda la psicología forense, es decir, plantea una intrigante historia como excusa para hablar del amor, la amistad y la ambición.

Psicólogo clínico y forense

José Manuel Aguilar (Madrid, 1968) es licenciado en Psicología por la Universidad de Granada y tiene su consulta en Córdoba, donde atiende a pacientes con problemas clínicos y a padres y madres en proceso de divorcio que buscan orientación profesional para llevar a cabo terapia de pareja, con objeto de no llegar a la disolución de la relación, o a aquellos que tienen que afrontar la ruptura inevitable y buscan ser asesorados personalmente y para que sus hijos tengan las menores consecuencias posibles.

Sus trabajos de divulgación e investigación de los procesos de divorcio en los tribunales le han convertido en un referente en todo el país a nivel pericial, a la hora de asesorar judicialmente a particulares y juzgados en procesos contenciosos, en los que habitualmente los hijos son utilizados por una de las partes, o en las reclamaciones de custodia compartida.

En este área Aguilar es el primer autor en lengua castellana en publicar textos y artículos sobre el SAP (2004), mientras que en 2006 publicó ‘Con mama y con papa’ y una guía para padres que editó el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. En 2008 publicó ‘Tenemos que hablar’, una guía para evitar los daños del divorcio, dirigida a padres y profesionales que deseen conocer los procesos y mecanismos que se ponen en marcha cuando ocurre una ruptura de pareja.

Dentro de su actividad docente ha impartido clases en la Universidad de Verano del Escorial y Rafael Altamira de Valencia y en diversos congresos de Psicología y Derecho y cursos de formación a Servicios Sociales y de Protección de Menores de Valencia, Aragón y Andalucía. Es autor de decenas de artículos de opinión y divulgativos de psicología, algunos de ellos traducidos al portugués, ingles y ruso, habiendo sido invitado en dos ocasiones por el Tribunal Superior de Justicia de México para dar conferencias en su sede, o en el Centro de Estudios Judiciarios de Lisboa.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1066018/0/

Psicología forense

Tal vez sea posible predecir quién desarrollará enfermedades psicóticas, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, poco después de que comience el proceso de la enfermedad, según un estudio reciente. (Fuente: HealthDay News)

El estudio encontró cinco factores de riesgo que con frecuencia estaban presentes antes del diagnóstico de un trastorno psicótico en niños que ya estaban en alto riesgo de tales trastornos. Cuando tres o más de esos factores se hallaban presentes, el estudio encontró una probabilidad de ochenta por ciento de desarrollar psicosis en un plazo de dos años y medio.

«No todo el que tiene síntomas precoces desarrolla psicosis. Pero si identificamos el grupo en el cual el ochenta por ciento desarrollará psicosis, los esfuerzos de intervención podrían ser mejor aplicados a los que tienen el riesgo más alto», señaló el autor del estudio Tyrone D. Cannon, profesor de la Familia Staglin de psicología, psiquiatría y ciencias bioconductuales de la Universidad de California en Los Ángeles.

Los resultados del estudio aparecen en la edición del 7 de enero de la Archives of General Psychiatry.

Cannon dijo que todavía no se sabe si una intervención precoz con medicamentos antipsicóticos podría ayudar a prevenir el desarrollo de las enfermedades psicóticas. Apuntó que dos estudios han sugerido que una intervención psicológica temprana podría ser más útil, porque puede proveer a los adolescentes con las habilidades para mantenerse conectados, resolver problemas y solucionar conflictos.

En muchos trastornos de salud mental se observan síntomas de psicosis, como en el trastorno bipolar, la esquizofrenia, la depresión y algunas formas de abuso del alcohol o las drogas, según la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP). Los dos síntomas psicóticos más comunes son los delirios y las alucinaciones, según la AACAP. Los delirios son creencias falsas pero muy firmes. Las alucinaciones son percepciones sensoriales falsas, como escuchar voces cuando nadie está hablando.

Aunque tales síntomas pueden ciertamente ser preocupantes, Cannon señaló que «la mayoría de las personas que tienen trastornos psicóticos en realidad no son más propensas a la violencia». Y añadió que este estudio no fue diseñado para abordar la violencia o el potencial para ésta entre las personas que padecen enfermedades psicóticas, así que no está claro si una identificación e intervención más precoces para estas enfermedades ayudaría a prevenir incidentes como los tiroteos en las escuelas.

Cannon y sus colegas estudiaron de manera prospectiva a 291 jóvenes que buscaron tratamiento de salud mental en uno de ocho distintos centros de tratamiento en América del Norte. La edad promedio de los participantes del estudio fue de 18 años y todos buscaban tratamiento por síntomas precoces de psicosis, como pensamientos inusuales.

Durante el seguimiento de dos años y medio, el 35 por ciento de este grupo desarrolló enfermedad psicótica.

Los investigadores identificaron cinco factores que podrían ayudar a prevenir el desarrollo eventual de psicosis. Estos incluían antecedentes familiares de esquizofrenia con deterioro reciente en la función, mayores niveles de pensamientos inusuales, mayores niveles de desconfianza o paranoia, una mayor discapacidad social y antecedentes de abusos de sustancias.

Cuando dos o tres de estos factores estaban presentes, las probabilidades de enfermedad psicótica aumentaban. Dos factores aumentaban la probabilidad de enfermedad psicótica a 68 por ciento y tres factores combinados aumentaban el riesgo a ochenta por ciento.

psicologiaEl Cerebro

El Desarrollo Psicoafectivo del Hombre

El origen de la Conducta Humana: Factores Sociales .

La Integración de la Conducta

Tipos de Conducta

Conducta Antisocial y Crimen: Dra. Patricia Rosa Linda Trujillo Mariel

El Estudio de la Conducta Antisocial

 E L · C E R E B R O…

La conducta del hombre, normal o anormal: es el resultado de la actividad del sistema nervioso.

El sistema nervioso está constituido por un órgano maestro: el cerebro y el conjunto de estructuras que le permiten llevar información y ejecutar acciones que son los nervios.

El cerebro es un órgano que se ubica dentro de la cavidad craneal y está protegido por tres membranas: duramadre (que es fibrosa y se adhiere al cráneo) aracnoides (que lo cubre sin tensionarlo) y piamadre (membrana interior rica en vasos sanguíneos y linfáticos). Tiene un peso que oscila entre 1,250 kg y 1,300 kg siendo de mayor peso el cerebro masculino. Macroscópicamente se describe como una masa de tejido gris-rosáceo. Su unidad anatómica y funcional es la neurona, de las que se estima existen 100 000 millones en el ser humano.

También existen las llamadas células de soporte o células de la glía.

El cerebro está irrigado por abundantes vasos sanguíneos y contiene órganos secretores.

Funcionalmente, es el órgano maestro, controla todas las actividades para la supervivencia, las emociones y recibe e interpreta las señales del medio interno y externo.

Anatómica y exteriormente el encéfalo aparece dividido en tres partes: cerebro, cerebelo y tronco cerebral.

El cerebro embriológicamente se origina del prosencéfalo, del cual derivan a su vez al telencéfalo y al diencéfalo.

El telencéfalo está formado por los hemisferios cerebrales que incluyen la corteza cerebral y los ganglios basales.

Se considera que el peso del telencéfalo, corresponde al 85% del peso total de cerebro y gracias a su desarrollo y complejidad se expresa la evolución del humano.

La conducta humana, a nivel del sistema nervioso central se traduce en la sinapsis. Siendo la sinapsis la relación funcional de contacto entre las terminaciones nerviosas.

El ser humano percibe múltiples influencias del medio, mismas que son captadas como estímulos, y es el ambiente, la fuente importante de los mismos. Los estímulos, pueden dividirse en tres grupos básicos: visuales, auditivos y somatosensoriales.

Los visuales se refieren a todas las impresiones captadas por el sentido de la vista.

Los auditivos, a los estímulos sonóros.

Y los estímulos somatosensoriales, son los que se perciben a través del sentido del tacto, o bien mediante las terminaciones nerviosas distribuidas en el organismo.

Cuando los estímulos inciden en el organismo siguen un proceso sencillo:

a) Son captados

b) Se convierten en impulsos nerviosos,

c) Como impulsos nerviosos se traducen en señales que ponen en marcha la activación cerebral

d) En el espacio presináptico, se inicia parte de la traducción de los estímulos y

e) En el espacio postsináptico, se deriva la acción.

Continuamente se reciben influencias del ambiente, éstas incluyen también las que provienen de las otras personas que en el se encuentran y eso repercute en la manera en la que se expresa el comportamiento.

El cerebro recibe la información del ambiente, la integra e interpreta en relación con experiencias previas y así se genera el pensar y actuar. La llegada de información al cerebro por las diferentes vías, se puede registrar como actividad eléctrica

Cuando se piensa o actúa, se inscribe actividad eléctrica. Hay una diferencia entre estos dos registros.

En el primer caso, en el que se recibe información del medio, se llama actividad eléctrica primaria y en el segundo, secundaria

Entre todo ese proceso de interpretación, registro, integración y acción, existen sustancias importantísimas denominadas: neurotransmisores.

Los neurotransmisores se relacionan con el comportamiento. Están interrelacionados entre si, al igual que con diversos neuropéptidos y con sustancias y entornos neuronales.

Pero, ¿qué son los neurotransmisores?, son sustancias químicas que intervienen en la producción de impulsos nerviosos, a nivel de las uniones sinápticas entre neuronas o entre una neurona y el órgano hacía el que se dirige la acción.

Estas sustancias se liberan en los botones presinápticos cuando se transmite el impulso nervioso y pasan de allí por las hendiduras sinápticas al área que se denomina postsináptica en donde adheridos a receptores específicos ejercen su acción.

Tipos de neurotransmisores:

Acetilcolina

Adrenalina

Dopamina

Encefalina

Histamina

Noradrenalina

Serotonina

Todos ellos cumplen funciones específicas en el ser humano. Su descripción y caracterización se resume a continuación en el siguiente cuadro:

Nombre Producido Receptores Características de acción
Acetilcolina Tejido cerebral Muscarínicos y nicotínicos Causa contracción muscular y células blancos con receptores muscarínicos y nicotínicos.
Adrenalina Glándulas suprarrenales Adrenérgicos Estimula el corazón

Los vasos sanguíneos

Eleva la tensión arterial.

Libera el azúcar almacenado en hígado

Relaja músculos involuntarios y ejerce efecto antagónico en otros.DopaminaDopamínicoEl precursor dopa se origina en el Hígado y de allí pasa a las neuronas cerebrales donde tiene lugar la transformación en dopaminaRegula desde el movimiento hasta las emociones, la motivación, la conducta propiamente dicha, el sentido del olfato y participa en la regulación del latido cardiaco y la respiración.EncefalinaTejido cerebralReceptores opiáceosAlivian la sensación de dolor y afectan al estado de ánimoHistaminaProducida por los leucocitos basófilos, células cebadas o mastocitos.H1

H2Procesos de hipersensibilidad, inflamatorios y alérgicosNorepinefrinaMédula de la glándula suprarrenalAlfa y beta adrenérgicoEfectos vasopresores y estimulantes de la contractilidad cardiaca.SerotoninaSe produce a nivel orgánicoSerotonínicoVasoconstricción, inhibidor de la producción del ácido clorhídrico en el tracto digestivo, con efectos contráctiles en la pared intestinal. Tiene efectos en el sistema nervioso central, regulación del sueño y tendencias depresivas que aún requieren mayores estudios específicamente por los cambios de comportamiento que se le atribuyen.

La actuación de los neurotransmisores, se integra en circuitos neuronales. Así, los comportamientos son la manifestación de funciones cerebrales concretas. De las interrelaciones entre los neurotransmisores, resultan los distintos comportamientos humanos. Es decir, no existen acciones aisladas a nivel cerebral. Una conducta o una manifestación como el hecho de que alguien sonría, es el resultado de un conjunto de interrelaciones neurobioquímicas y neuroendocrino musculares matizadas por la experiencia y la socialización.

La recepción de señales por parte del cerebro da lugar al procesamiento cerebral de la información recibida, lo que origina una respuesta mental que se expresa mediante la manifestación de un comportamiento.

Como todo proceso sigue un esquema, un conjunto de actos concatenados entre si con un propósito determinado.

Una acción, representa entonces, un conjunto de conocimientos previos que dan como resultado una acción. La característica que enmarca el concepto de proceso, es la secuencia.

La secuencia es la clave, que da ordenamiento a la expresión neurofisiológica de la conducta.

Pero… ¿por qué si todos los humanos desarrollan una secuencia de eventos neuroquímicos similares, existen diferentes conductas entre los individuos?

En cualquiera de los puntos a través de los que se expresa la secuencia de la conducta a nivel cerebral, pueden existir:

A. Diferencias constitucionales (genéticas)

B. Culturales

C. De aprendizaje

D. O de otros tipos… Por ejemplo… Entorno, de conexión, por aprendizaje, cultura

¿Y qué le lleva al sujeto a aprender?, ¿O qué le lleva a generar?

La necesidad

La necesidad identifica mecanismos de defensa y promueve la adaptación la por ello, es un elemento importante.

La expresión de una conducta

El camino para que el hombre, como individuo llegue a la plenitud psíquica es complejo y refleja, de algún modo, el camino de la evolución de las especies.

A este recorrido se le conoce como ontogenia, o desarrollo del ser viviente desde su inicio hasta su estado adulto.

En el estudio de la ontogenia del comportamiento, se marca el decurso del proceso de individualización de la especie humana, en la que el llamado ciclo vital, es la forma de evolución de la existencia, que va desde el mismo nacimiento hasta la muerte. Estos periodos en los que se expresa el ciclo del hombre tienen muchas clasificaciones, se presentan tres a continuación:

Ø Fase del desarrollo, que abarca desde el nacimiento hasta la iniciación de la madurez, comprendiendo la infancia, la niñez, la adolescencia y la juventud.

Ø Fase de Madurez = que comprende un periodo de r e l a t i v a, estabilidad y plenitud vital; se asocia con el final de la juventud y su finalización se enmarca con el inicio de la vejez.

Ø Involución o vejez, que abarca la etapa degenerativa y de regresión de las capacidades y competencias del ser humano.

Esta diferenciación de periodos es bastante variable, ya que depende de factores biológicos y ecológicos que participan en la evolución de la existencia, como por ejemplo: el clima, el tipo de vida, la constitución del individuo, etc.

En México, la expresión de la conducta se ha modificado si se visualiza a través de la esperanza de vida al nacimiento que en 1994 era de 70 años y que actualmente es de 76.6 años en los varones y 78.2 en las mujeres. Este dato aislado pudiera carecer de impacto pero al comparar los resultados en los Estados Unidos de Norteamérica sobre este mismo indicador se tiene, que en 1994 la esperanza de vida era de 76 años y en el último reporte estadístico, correspondiente al mes de enero la cifra alcanzó 76.9. Eso significa que existe estabilidad de condiciones en los Estados Unidos de Norteamérica, pero un muy leve progreso en cuanto a la conducta ya que en México en menos de 10 años, se avanzó en más de 3.9 años la esperanza de vida, lo cual es muy satisfactorio.

Y por qué un indicador como la esperanza de vida de un sujeto orienta hacía un cambio de conducta, porque el nivel de vida de un sujeto depende de su adaptación, y gran parte de las enfermedades que un sujeto presenta, se derivan de un desequilibrio en la interrelación del hombre con su medio.

Así la conducta tiene a lo largo de sus fases periodos de influencia biológica y ecológica que resultan importantes cuando se analizan con detalle.

De ahí que, resulte interesante describir el concepto del desarrollo, que en su conjunto, representa un proceso unitario y continuo. Esta unidad y continuidad, en realidad, no se puede considerar perfecta del todo, ya que está interrumpida por la existencia de estadios o fases, que rompen su carácter progresivo. Y en cuanto a su unidad, ésta tampoco es plena, ya que en ella participan diversos componentes que la hacen variar según las diferencias particulares entre los organismos.

 Estadios del desarrollo de la conducta humana:

Mucho antes de que el ser humano tenga una conciencia desarrollada, desde el momento mismo del nacimiento y aún en la época prenatal, el sujeto manifiesta un actividad derivada de su comportamiento mediante la cual contribuye esencialmente al mantenimiento y desarrollo de su vida. Así, antes de llegar a la fase propia del adulto el psiquismo humano transcurre por una serie de estadios o fases que han sido estudiados en detalle por varios psicólogos relevantes. (Piaget, Wallon, Erickson…) Estos son los llamados estudios evolutivos, por los que todo organismo normal debe pasar ineludiblemente.

Los estadios, podrían ser definidos como aquellas partes o momentos del desarrollo que son distinguibles en función de ciertas características homogéneas, tales como:.

A) Tienen un comienzo y un final claramente definido.

B) Poseen un orden de sucesión preestablecido, de unos con respecto a otros, de tal forma que existe una jerarquización de los modos de comportamiento, con lo cual los estadios nuevos descansen sobre los anteriores o pasados.

C) Conllevan periodos críticos que capacitan al individuo para posibles aprendizajes y comportamientos

Las clasificaciones de los estadios del desarrollo humano que se han realizado en su mayoría son sobre la infancia, la niñez y la adolescencia, son las fases de desarrollo más estudiadas por los psicólogos, ya que el despliegue del comportamiento humano en estas fases es muy notorio.

Por todo lo antes expuesto, el concepto de desarrollo, es un proceso biopsicosocial, en el que la realidad de la existencia de las diversas sociedades, puede condicionar distintas etapas evolutivas

Este es un motivo que dificulta la homogeneidad de las clasificaciones, produciendo así una diversidad de sistemas clasificatorios. Por otro lado, es cierto que durante el primer año de vida en el individuo, las influencias sociales son muy profundas, lo cual dificulta la uniformidad de clasificación hasta tal punto, que resulta completamente imposible integrarlas.

Lo que si se puede argumentarse es que, la conducta observada en su integralidad expresa la eficiencia de la sinapsis desde el punto de vista neurofisiológico.

La sinapsis refleja la conducta, conducta que traduce el impacto de las influencias ambientales, sociales y la integridad constitucional, biológica y hereditaria del individuo.

Así, quién requiera estudiar a la conducta la habrá de contemplar desde su origen, incluyendo sus fases de desarrollo, madurez e involución y sus etapas que idealmente expresan unidad.

Su clasificación y los estadios de estas etapas son parte fundamental para entender desde el área psicológica el por qué de una expresión, temática que se abordará en la siguiente sesión.

E L · D E S A R R O L L O · P S I C O A F E C T I V O · D E L · H O M B R E

El desarrollo psicoafectivo del hombre, se inicia con el surgimiento del hombre mismo.

La consolidación de dos células que interrelacionan y vinculan su material genético, dan como consecuencia algo más que un conjunto armónico de aparatos y sistemas, dan como resultado un ser humano.

¿Qué es un ser humano? Es un organismo vivo, que integrado en conjunto pertenece a una especie. Cada sujeto, forma parte de una especie biológica que tiene la capacidad de cumplir un ciclo vital que produce una descendencia viable.

Al analizar con detalle el termino especie, su sentido va más allá de un conjunto de individuos con la misma forma, tamaño, y desarrollo orgánico. Platón consideraba que la especie es una representación perfecta, ya que las variaciones individuales son sólo imperfecciones de su expresión.

Un humano, no tan sólo expresa coincidencias en forma, tamaño y organicidad. Un hombre implica sus antecedentes generacionales precedentes. Ya que el individuo refleja su pasado, cuando actúa en el presente y al mismo tiempo produce su futuro.

Evolutivamente las especies atraviesan etapas, al principio, se produce un fenómeno de aislamiento de tipo externo, que condiciona su traslado geográfico a una zona distante de donde surgió. Posteriormente la especie experimenta diferenciación, que puede darse por mecanismo de selección natural o adaptación. Y en una tercera etapa, se produce un aislamiento de carácter intrínseco mediante la cual, se condiciona evolución en dependencia directa de los organismos del entorno. Así, este proceso de especiación, puede tener un carácter geográfico cuando es el territorio el que lo delimita, o bien un carácter conductual que está en dependencia de la constitución genética y la expresión del comportamiento de los miembros de la especie.

El hombre es el resultado tanto de una especiación geográfica, como no geográfica. Y en este apartado, en el que se intenta enfocar el estudio de la conducta del sujeto desde el ámbito psicoafectivo, es de menester clasificar el desarrollo del sujeto por etapas para intentar aproximarse al por qué de una expresión humana.

Con fines estrictamente didácticos, se divide por tanto el desarrollo del sujeto en las siguientes etapas:

Fase preuterina: Antes de nacer, todo sujeto tiene ya una historia. Un marco contextual al que habrá de responder, una cultura, incluso una religión y un estilo de vida.

Su presencia, deseada o no, promoverá en el organismo que lo albergará durante un tiempo promedio aproximado de 40 semanas un conjunto de influencias biológicas, físicas, químicas y metabólicas, que repercutirán en sus emociones, en su aprendizaje, en su desarrollo y en su potencial de acción.

Una de las primeras preguntas que se plantea al analizar a un sujeto es cuestionarlo sobre su percepción de su llegada al mundo… ¿Considera usted que su nacimiento fue deseado?…

Desde este simple cuestionamiento, ya se está delineando la conducta de un sujeto. Psicoafectivamente, no tendrá la misma respuesta conductual, aquél sujeto cuyo nacimiento se detalló desde antes de producirse de quién ni siquiera se espera su llegada, y en el peor de los casos, de quién su nacimiento no era deseado por lo abrupto o violento de su concepción.

Si se habla de un entorno neuroendocrino, que determina la respuesta orgánica, este mismo patrón de funcionamiento, influye en las condiciones que favorecerán o no el desarrollo de un ser.

Fase uterina: No hay datos precisos hasta este momento, que puedan indicar en que momento de vida intrauterina el sujeto siente y percibe, lo que sí se sabe es que se captan las impresiones del medio tanto interno como externo.

El sujeto vive en un microambiente, que está en dependencia de manera seria por el macroambiente en el que se desenvuelven sus padres, su familia, los amigos de sus padres y todas aquellas personas que directa o indirectamente ejercen alguna influencia en su formación.

Un recién nacido, puede reconocer la voz de su madre y una madre puede percibir el malestar o bienestar de su hijo, aún cuándo esté separada de él.

Hay un nexo muy fuerte entre la madre y el hijo. Nexo, que biológicamente se puede explicar por el espacio compartido al momento de la formación. Pero que psicológicamente se entiende a través de esa necesidad de apego y atención que surge entre la madre y su producto.

No es algo mágico, es algo real. La interacción e intercambio de energía que puede ejercerse entre la relación materno fetal, puede explicar la conducta del recién nacido, y el desarrollo de la conducta posterior en el humano.

Y lo más asombroso aún, que estás impresiones que el ser capta durante su formación, son grabadas y almacenadas… se expresan en su comportamiento a veces y en la mayoría de los casos sin que se percaten de su origen.

Fase de lactancia: Esta etapa abarca de los 0 a los 2 años. Es una etapa de acercamiento entre el primer nexo entre el ser humano y el mundo exterior… su mamá.

La primera oportunidad que tiene el sujeto de recibir todo la afectividad, seguridad, resguardo y cuidado inicia en esta fase.

Es recomendable que el nacimiento sea programado. Que ambos padres participen en este evento. Que el bebé sea acercado a la madre justo en el momento en que se separa del vínculo que la une a ella, al corte del cordón umbilical. Es deseable que sea acercado al seno materno y que perciba el latido del corazón de su progenitora, su aroma, su voz y sobre todo el beneficio del calor corporal que de ella emana.

Se sugiere también, que el padre participe y comparta con este binomio los primeros momentos. Si bien es cierto que hoy en día se argumenta la ablactación temprana, y el consumo mínimo de leche materna para casos particulares o con la finalidad de evitar peligros de contagio potencial para el producto con algunas enfermedades que resultarían dañinas al producto. No hay nada mejor para él, que estar al lado de su madre, recibiendo toda esa carga afectiva positiva que repercutirá en su seguridad, nivel de sanidad física y mental y que se evidenciará en su desarrollo orgánico, fisiológico, mental y psicoafectivo.

El niño cuando por razones laborales se aleja de la madre, debe tener una figura sustituta que cubra los requerimientos de afecto, seguridad, cuidado y alimentación propios de su etapa.

Ya que el bebé en esta fase, aún no cuenta con los elementos suficientes para diferenciarse socio afectivamente con el medio que lo rodea.

Su evolución es vertiginosa, en tan sólo 24 meses, desarrollará el habla, la motricidad, la habilidad para su desplazamiento, identificación y comunicación que le permitirán integrarse al medio, además del control de sus esfínteres.

Y esta fase, al ser superada cabalmente da como resultados una inserción positiva a la fase social en la que el pequeño ingresará a la educación maternal básica.

Fase de los 3 a los 7 años:

En esta etapa el niño idealmente debe saber hablar, caminar, controlar sus esfínteres, interrelacionarse y tener las habilidades mínimas para continuar el desarrollo de su psicomotricidad detallando particularmente el aspecto fino de la misma.

En esta edad, el sujeto, debe asumir la responsabilidad de codificar y decodificar símbolos para aprender a leer y a escribir. Y no tan sólo ello, sino que además habrá de generar un código propio de comunicación y distinguir los niveles de interrelación que deberá desarrollar a lo largo de su vida. Y tiene un gran reto el ser humano en esta época… vivir con su ferviente imaginación, que inundará todo lo que lo rodea, dando vida a seres inanimados y transformando su entorno de acuerdo a su fantástica visión.

Es una edad de grandes retos que si es superada, permitirá ingresar a una nueva fase, en la que la socialización es mayor, la etapa escolar de nivel primaria.

Fase escolar de los 7 a los 12 años:

En la fase escolar, los niños deben idealmente distinguir la fantasía de la realidad. Aunque el juego es esencial, el niño reconocerá asimismo la importancia del estudio. En este periodo habrá de adquirir la capacidad para concentrarse en tareas específicas, e iniciará su interés por la naturaleza y el cuidado del ambiente. Habrán de asumir la tarea de identificar, analizar y generar productos, siendo básica la ejercitación en el área de las matemáticas. Y el aprendizaje sobre Civismo, Ética y Valores será indispensable para que el niño reconozca las pautas de comportamiento aceptadas en su sociedad y el respeto a las normas que propician la convivencia pacífica. Para los no doctos en el área criminológica, estas materias carecen de importancia pese a que son la base para prevenir conductas antisociales.

El trabajo en equipo y la distribución de responsabilidades con tareas asignadas en las que se deberán respetar los roles de participación, fomentan la importancia de convivir y respetar las diferencias entre los seres humanos. Qué pena es que muchos reconozcan el valor del trabajo en equipo cuando los sujetos comentes actos antisociales.

Dentro de todas esta etapa, el deporte y los juegos de conjunto, además de impulsar el desarrollo fisiológico potencial del sujeto, afianza su creatividad y fortalecen sus capacidades físicas coordinativas y condicionales, que se reflejarán en la lecto-escritura y la interpretación de conceptos.

No se habla de una escuela privada, para alcanzar esta educación ya que una escuela pública común, cuentan con programas que al menos en sus contenidos si esbozan los elementos para lograr el desarrollo óptimo de un sujeto, pero… la formación de un ser no depende sólo de la escuela, del maestro, de los contenidos, programas, tareas y actividades físicas… participan sus padres y en muchos casos, las carencias formativas, las deficiencias afectivas y los problemas o fallas en su maduración psicológica además de los propios del ambiente social, que impiden en un pequeño el logro de su plena competencia.

Al final de esta etapa de cambios innumerables, se suman los propios del desarrollo neuroendocrino, en la que la pubertad aparece. De verdad, que los chicos en esta fase son de hierro para aguantar tantas transformaciones y tener aún el valor de soportar a sus padres y vivir con una sonrisa que ilumina aún cuando exista la noche más desierta…

Y siguiendo en el análisis entramos a la fase más temida… la Adolescencia:

Fase de los 13 a los 19 años:

El sujeto es mayor por su estatura y peso, pero su maduración psicoafectiva está aún en caos. No es niño para jugar con los video juegos y no es adulto para asistir y participar de actividades acordes a su nueva estatura. Sus hormonas no guardan respeto y muestra una labilidad emocional impactante. Sus mejores amigos, pueden ser en cuestión de segundos sus líderes espirituales o sus antagónicos. Los adultos que eran héroes ahora están totalmente fuera de su expectativa de vida y la independencia y emancipación son sus parámetros de gloria. Quieren crecer en libertad asumiendo que de la misma forma serán sus pensamientos. Se aislan y gritan en silencio su soledad, contradicen para encontrar apoyo, desvarían y en cada paso intentan equilibrar su ritmo. Son en esta fase presas fáciles para la manipulación, las adicciones y los improperios. Su sexualidad, se convierte en una indefinición y algunos sienten incluso temor de expresarla. Si se añade a esto la carente preparación de los padres para la etapa y la propia perturbación psicoafectiva que algunos de los padres padecen por los efectos de la menopausia o la andropausia, el mundo en casa es… caótico. De ahí, que muchos jóvenes prefieran emigrar, bien temporalmente con la pandilla o la banda, o bien eligen situaciones escolares que bajo el pretexto de superación los alejan de lo que ellos sienten dañino… su hogar.

Es la época de cristal, porque son hipersensibles, y se fragmentan con el más mínimo roce o conflicto. Duermen mucho, comen mucho y contradicen todo. Se requiere paciencia y conocimiento para sobrevivir como padres a la etapa y no todos los padres apoyan la formación y deforman al sujeto que intentaba definir su maduración.

Todo ello sin contar con la influencia de la comunicación masiva y la mercadotecnia.

Si todo sale bien, a los diecinueve estarán los adolescentes ya casi adultos jóvenes en la universidad y los cambios continúan…

Fase de los 19 a los 30 años:

Es la fase de la integración y del inicio de la realización personal. Idealmente se deberá asumir un criterio de vida, un espacio laboral y una pareja para compartir.

Algunos, tendrán ya un trabajo fijo y una meta clara. Otros, estarán en vías de egreso de su formación. En esta etapa se cuestiona fuertemente la autoridad paterna, se asumen criterios contradictorios con referencia a las sugerencias u opiniones sobre las expectativas de desarrollo y aquí, se ve con mayor claridad… ¿qué pasó en la infancia? ¿cómo fue la adolescencia? y ¿de qué manera se integró el sujeto a la sociedad?…

La gran ventaja es que el sujeto ya decide sobre la conveniencia de su participación pertinente y normalmente ya asume su criterio de corresponsabilidad, socialización y producción para una integración social útil.

De los 31 a los 40 años: En México hay un dicho que podría definir claramente los retos de esta etapa, a la letra dice: “Si a los cuarenta, no te has casado, no escribiste un libro, no tienes un hijo y no eres rico… que te lleve el pico…” Y reitero podría… porque muchos sujetos a los 40 no tan sólo ya se casaron, sino que ya se divorciaron, se separaron y decidieron asumir una nueva forma de vida que es … “estar solo”. Es un fenómeno que se observa de manera creciente en la sociedad actual. Muy pocos matrimonios sobreviven a los cambios hormonales, afectivos, sociales y conductuales que caracterizan a esta época. Los hombres y mujeres en esta etapa, no son los mismos, que los que loa autores de hace diez años señalaban. Se puede asegurar, que aún se sienten demasiado jóvenes y que este sentir, no tan sólo es físico, sino que impacta en su desarrollo psicosocial. Hay regresiones frecuentes a la etapa adolescente, y en casos severos, la expresión de adicciones que se vinculan estrechamente a un estado depresivo constante que “camina al lado del sujeto”. Son muchos retos y el espacio es menor, el esfuerzo es más grande y

las exigencias se incrementan de manera paulatina. Así como se aprecian en esta fase sujetos con carencias y regresiones a la adolescencia, aquí también se puede valorar la aprehensión de aquellos principios y normas éticas que se adquirieron en la etapa escolar.

Fase de los 40 a los 50: Si el grupo de los treinta se considera joven, los integrantes de esta fase… también.

Y hoy en día, los miembros de esta clan, son los que tienen la clave de la autoridad, la guía y el desarrollo no tan sólo de los trabajos que realizan, sino de la mayor parte de la población a nivel mundial. Ya que a esta edad, son los padres de los sujetos entre los 15 y 29 años que representan la mayoría en nuestro planeta.

No es reiterativo señalar, que su expresión, dista mucho de la que sus padres a esa edad tuvieron. Parece ser que vivir al final de un siglo que cambio, influyó radicalmente en la postura de los se ubican en la fase de adultez.

Si se quiere identificar a un adulto normal de esta etapa psicoafectivamente delineado, basta con buscar las siguientes cualidades: asume la responsabilidad de sus actos sin culpar a otros por las consecuencias de sus acciones; no generaliza, explora y decide y controla sus emociones superponiendo el análisis, la percepción y la autocrítica antes de actuar…

Fase de adulto mayor de 50 y menor de 65: Muchos de estos sujetos llamados adultos mayores, aún son productivos. Su condición está en estricta dependencia con el cuidado que de su salud hicieron. La expresión conductual que manifiestan se correlaciona con su estado de salud. Y aunque están conscientes que su potencial está mermado, su capacidad para organizar, dirigir y decidir tiene el beneficio primordial de la experiencia.

Fase de adulto pleno, mayores de 65:

Al igual que la fase anterior, la salud se expresa como el punto de equilibrio de la manifestación psicoafectiva. Aún cuando no existan lazos familiares fuertes, si el sujeto se encuentra con la capacidad para ser autodependiente, su fortaleza psicoafectiva le permitirá resistir los procesos degenerativos que están de manera creciente limitando su antiguo potencial. Son reiterativos en sus juicios, menos diestros, su capacidad de desplazamiento psicomotriz ha decrecido. Y su apariencia externa así como la mayoría de sus funciones orgánicas ha transformado su realidad. Si bien es cierto, como mi abuelita Sofía señalaba… “Viejos los cerros y todavía reverdecen…” la mentalidad influye, es imposible dejar de apreciar que el ser humano hasta el final de su vida revela con detalle lo que hizo y no hizo con su existencia.

Hasta este momento se presenta una semblanza del desarrollo psicoafectivo ideal, basta alterar en grado mínimo cualquiera de las expresiones ante señaladas para encontrar una conducta patológica recordando que… “todo rasgo exagerado de la conducta, conlleva una conducta anormal…”

En la siguiente clase, se complementarán estos criterios para llegar a juicios integradores sobre la expresión de una conducta criminal, versus una conducta normal.

 E L · O R I G E N · D E · L A · C O N D U C T A · H U M A N A : F A C T O R E S · S O C I A L E S

El ser humano está inmerso en un mundo social. La capacidad de adaptación que tenga hacía el grupo, evidenciará no tan sólo su felicidad sino su nivel de salud mental y el grado de compenetración de las normas y criterios validados en su grupo para la convivencia positiva.

La primera fase de socialización que debe superar el hombre inicia en su familia. Por ello, hablar de la conducta social del hombre, implica hablar primero de la familia.

Caracterización social de la familia:

Muchas especies animales viven y se reproducen sin necesidad de constituir una familia.

En los mamíferos, la unidad primaria de vinculación está constituida por la madre y la cría ya que el macho (padre) sólo cubre una breve estancia y después reemprende la búsqueda de alimentos y sexo.

Los seres humanos integran una familia constituida por el padre, la madre y los hijos que se complementan con la participación de los parientes por las líneas paterna y materna.

Entre las familias, surgen líneas de parentesco, que son los grados de relación entre personas que descienden unas de otras o proceden de un progenitor común.

El parentesco entre personas que descienden de un mismo progenitor, se llama consaguinidad, aunque existe parentesco por afinidad y el de carácter civil en el caso de padres e hijos adoptivos.

A diferencia de los mamíferos, la familia humana presenta lazos estrechos en los que son notables la duración y el grado de compromiso entre sus miembros. El etnólogo norteamericano Ralph Linton señala que esta duración se debe a cinco razones:

  1. Ritmo regular de actividad sexual independiente de las estaciones y que requiere un compañero habitual.
  2. Los hijos nacen con un estado de incabamiento de neotenia que amerita cuidado continuo y prolongado en la especia humana. El hombre tiene la infancia más larga del reino animal, un tercio de la probabilidad media de su existencia.
  3. La estabilidad y los cuidados prolongados, tejen lazos entre los miembros y condicionan factores para lograr el establecimiento de un grupo idealmente perdurable.
  4. El grupo se transforma en una célula de servicios comunes. Existe un sistema de respeto, de tareas con papeles definidos para cada progenitor que en conjunto protegen y dirigen a los hijos. Con esto, la producción de los bienes, su conservación, elaboración artesanal, seguridad y protección garantizan y consolidan al grupo.
  5. La larga infancia bajo lazos afectivos importantes, aunque ambiguos, entre hermanos y hermanas que hacen del aprendizaje una socialización horizontal.

La familia, por todo lo anterior, es la estructura social primaria de cuyos logros depende el desarrollo o estancamiento de los pueblos. Y aún más de su integración y funcionalidad depende la conducta futura de sus integrantes. Conducta que reflejará el grado de operación o disfunción de sus miembros.

La constitución actual de la familia, es el resultado de un largo proceso de evolución, que evidencia el por qué de los roles y las funciones de sus miembros.

La familia se integra de manera primaria, cuando se unen los cónyuges. Hasta principios de los años sesenta, la investigación sobre la selección del cónyuge estuvo dominada por la búsqueda de correlaciones. Se mencionan cuatro:

  1. Elección homógama
  2. Elección por cercanía
  3. Elección por valores
  4. Elección por complementaridad.

a. Elección homógama:

Se habla de elección homógama cuando los individuos eligen a su pareja en base a similitudes de grupo étnico, religión, educación, edad y clase social de los padres.

b. Elección por cercanía:

Tendencia a casarse con algún sujeto que vive cerca.

c. Elección por valores:

La pareja se elige porque los futuros cónyuges comparten valores comunes.

d. Elección por complementaridad:

En esta elección, el sujeto busca en la pareja aquéllas cualidades, actitutes, aptitudes, conocimientos y valores que le permitirán expresar su familia como un órgano funcional. El problema radica, cuando está complementariedad implica dependencia y dominio.

A estos cuatro tipos de correlaciones, se añade hoy en día la concordancia entre la fantasía, la ilusión y la necesidad de compañía.

En los países que no han consolidado su desarrollo, las personas tienden a integrar su familia a edades muy tempranas. Los casamientos tienden a ser muy tempranos y esta variable está vinculada con el nivel socioeconómico de sus habitantes. A menor nivel, matrimonios más tempranos, fórmula que si bien es cierto no es dogmática si orienta sobre la realidad de la constitución de las familias actuales.

El factor socioeconómico impera de manera contundente. Y es en la mayoría de los casos el condicionante para la expresión en el seno familiar de disfuncionalidades que brindan elementos de peso en la expresión de conductas antisociales.

Las familias constituidas con lazos afectivos sólidos, pero con recursos económicos precarios, tienen que enfrentar muchos retos para sobrevivir ante los embates sociales. Retos que se maximizan con la llegada de los hijos.

Ferri, señalaba que la pobreza, la falta de trabajo y las carencias que estos factores condicionan predisponían a la génesis de las conductas antisociales. Y hoy, más que nunca se hacen afirmativas estas opiniones.

La sociedad compite por expandir su territorio. Los gobiernos establecen estrategias de desarrollo sustentable que no siempre alcanzan a cumplir sus objetivos y que en los márgenes del discurso teórico albergan una subcultura del delito.

Una familia en la que los criterios mínimos de suficiencia no son cubiertos, es una familia potencialmente criminógena.

Si bien es cierto no todas las familias de escasos recursos delinquen, si hay un parámetro común entre el perfil de la mayoría de los infractores que ocupan un espacio en los centros de readaptación… la incapacidad del poder adquisitivo.

En México, el delito que tiene altos índices de prevalencia es el robo, y el robo es el reflejo de esa carencia. La calificación del delito del robo, también exhibe la procedencia de quién lo realiza.

No hay pena sin delito, ni delito sin pena. La sociedad configura a las penas y por ende perfila predictivamente a quiénes habrá de exigir el resarcimiento de la conducta, y aunque presupone las gestiones para lograr su readaptación y prevención no logra controlar los motivos sociales que predisponen a un sujeto a delinquir.

Una cuestión aún más grave que la carencia económica es el establecimiento de estereotipos y roles dentro de la familia. Estas etiquetas que se dan de manera dogmática en las sociedades independientemente de su grado de desarrollo pueden condicionar obstáculos para la socialización y predisponentes para la disfunción conductual de un sujeto.

Intentado ejemplificar lo antes descrito se describe el cómo se expresa una familia en las distintas comunidades que hoy coexisten:

Familia en América Latina:

Se distinguen dos modelos correspondientes a una doble separación de etnias y de clases sociales.

El modelo ibérico, es el modelo histórico, más clerical que cristiano. Rige de manera ideal a las clases medias y acomodadas. Es un modelo monogámico, patriarcal, patrilocal y patrilineal. Casas grandes y concentración frecuente de los hijos varones en torno de la pareja parental, incluso si ésta ha envejecido.

El padre era en otros tiempos la única autoridad soberana, poseedora de los bienes, criterios, deseos y voluntades del resto de los miembros de la familia. Hoy la legislación y la cultura misma, han condicionado una legislación que emancipa individualmente a cada integrante de la familia “liberando” a los hijos de los padres y a las mujeres de los maridos.

Los matrimonios ya no son por designio, existe la planificación familiar, la protección de la mujer y los menores y la posibilidad de trabajo para las mujeres, que se conserva como propiedad y en algunas situaciones herencia preferencial para la descendencia.

Pese a todo esto, el padre, sigue siendo respetado y la madre adulada, lazos muy estrechos de afecto reemplazan generalmente a los antiguos vínculos de autoridad paterna dictatorial, consolidando a la familia como un sitio destacado de intercambios afectivos.

El segundo modelo familiar, lo constituyen los individuos de muy escasos recursos económicos. Reina generalmente sobre el proletariado o los desempleados de los márgenes citadinos o de poblaciones rurales poco favorecidas.

La libertad tanto del hombre como de la mujer es grande. Los matrimonios con lazos oficiales son raros, generalmente existe la unión libre. Los hombres son de hecho polígamos, visitan sucesivamente a sus concubinas de un día o de un año, en habitaciones a veces colectivas y en el peor de los casos una simple choza, donde ellas residen con los hijos. Es débil el grado de compromiso del hombre como padre o como esposo. Las madres con escasa o nula preparación, tienen pocas posibilidades de percibir salarios dignos. Crían a los hijos en la indigencia. Trabajan en la indigencia, donde pueden, cuando pueden y en tareas miserables y subpagadas. Lanzan al mercado de trabajo a los hijos a edades tempranas. Predomina su habitación en vecindades y día a día al aire libre en las plazas públicas o en las iglesias. De vez en cuando se reúnen con sus familiares y organizan fiestas ruidosas, explosivas y generalmente al final de las mismas, se expresa la violencia y la infracción a la ley.

La familia en los Estados Unidos de Norteamérica.

La familia estadounidense tipo, está fundada en la valorización del individuo como la base de la sociedad.

La familia es monogámica, nuclear y exhibe gran independencia entre sus miembros.

Existe libre elección del otro miembro de la pareja, misma que se continua con un divorcio fácil, para las conveniencias personales de una y otra parte. Hay libertad pero intimidad amplia, ya que las casas habitación permiten que toda pareja tenga su propia habitación. Aún cuando hay pocas manifestaciones de autoridad paterna excesiva, a los hijos se les alienta para que consoliden actitudes independientes y responsables.

Cabe señalar, que esta descripción compete a las familias consideradas dentro de las clases medias, media alta y alta.

Existe una variante importante, la familia de las minorías étnicas. Actualmente, la minoría hispana ocupa el primer lugar en los Estados Unidos de Norteamérica y su descripción en cuanto funcionalidad familiar concibe las consideraciones señaladas para la familia en América Latina.

La familia negra, tiene un alto índice de libertad de comportamiento y acción. Aunque un vínculo muy estrecho entre la madre y el hijo.

La familia en Rusia:

La psicóloga rusa Z. Yankova, señala que a partir de la década de los ochenta, existen a nivel citadino en Rusia, cuatro características importantes dentro de las familias:

  1. Son principalmente de tipo patriarcal, en la que el padre es la autoridad absoluta, los divorcios son poco difundidos y se expresa predominantemente en la clase obrera.
  2. Las normas familiares expresan un carácter arbitrario. El desfase entre las normas y la igualdad afectiva engendra conflictos.
  3. La igualdad de oportunidades entre sexos, también condiciona frecuentes tensiones.
  4. Las familias que admiten la igualdad entre los géneros, son las que ostentan mayor preparación académica y cultural.

Las familias en lo general pese a lo antes descrito, tienden a ser nucleares, con pocos hijos, a quienes los encauzan para lograr éxito en la escuela y calificación profesional. Existe alto grado de afectividad, que intenta sustituir las estrictas medidas austeras que tienen que enfrentar.

Con la apertura del esquema de gobierno, otra situación que amerita un estudio serio, es la presencia de la influencia de los países de la comunidad europea y de los Estados Unidos de Norteamérica.

La familia Hindú:

Es una familia agrupada, monogámica, patrilineal, que vive en el entorno parental dando supremacía al varón de edad mayor. Cada matrimonio tiene su alojamiento completo –si cuenta con los medios- existe el trabajo familiar individual, pero gran parte de las pequeñas empresas son de carácter familiar. Aún cuando existe aceptación por la legislación moderna que “libera al individuo”, la autoridad moral queda intacta.

Las mujeres inician muy jóvenes la vida conyugal guiadas por el grupo y el astrólogo, aunque la elección legalmente debe ser libre… Existe el pago de una dote que el novio da a la familia de la novia. Los lazos conyugales son sacralizados. El divorcio es posible ante la ley, a menos de que se trata del brahamanismo ortodoxo, en donde el matrimonio es para siempre, excepto en los casos de adulterio flagrante en la mujer, que si es descubierta al momento de cometerlo, debe considerarse muerta.

El modelo conyugal es de ayuda y fidelidad mutua, con dulzura y afecto. Los niños son importantes y mimados. A los hijos varones se les valoriza particularmente, sin descuidar por ello a las hijas.

La mujer cuando es recién casada, sufre muchas pruebas, que si las supera le permiten un puesto familiar.

Con el nacimiento de los hijos, la mujer asciende y cuando ellos son mayores, la mujer es considerada “gran diosa madre”.

La familia en China:

Hoy en día es conyugal, nuclear y monogámica. Su formación es tardía, las parejas se casan a partir de los treinta años, por razones de sobrepoblación. Hay libertad de elección, se permite el divorcio y los abortos. Es mal visto la búsqueda sexual del joven. Los esposos antepondrán los puestos económicos acorde a sus aptitudes profesionales. Se exalta la ayuda y el respeto a los padres ancianos. Se limita el número de hijos. Existe igualdad de sexos y de cargos en el matrimonio.

La familia en el Africa Negra:

El interés principal del matrimonio es el interés del grupo en su descendencia. La mayoría de los matrimonios son arreglados. La poligamia es aceptada y se impone como norma en la medida que el niño se le amamanta por largo tiempo. El parentesco se estima en función de los descendientes. El matrimonio necesita, el acuerdo de los participantes para su realización, pero a pesar de ello se considera un intercambio.

Este intercambio se realiza de una mujer por una mujer, de grupo a grupo, o de una mujer contra bienes, y sirve para sellar una alianza. Existen derechos definidos y parentescos en grados. Actualmente existe una gran tendencia a la monogamia.

La familia en Francia:

Se constituye como la reunión de padres e hijos en el hogar. Es patrilineal. Con poco número de hijos, en su mayoría dos. El mayor índice de divorcios ocurre entre los cinco y los diez años después del matrimonio. Hay cohabitación juvenil antes del matrimonio. Los hijos son considerados como un don especial.

Qué hay de común entre este panorama mundial de las familias:

– Predominio de la monogamia

– Carácter nuclear

– Autoridad paterna

– Pese a que existe libertad e igualdad de sexos, predomina la autoridad y los privilegios para el sexo masculino y la observancia de la norma moral.

– Poco número de hijos.

– Respeto a los mayores.

– Trabajo.

– Espacios y privacidad.

Desde el punto de vista ecológico, estos son criterios que caracterizan la estrategia de estudio de poblaciones con posibilidades de mayores niveles de supervivencia, mayor nivel de esperanza de vida al nacer, cuidado a la descendencia y menor posibilidad de comisión de conductas antisociales.

De ahí, que todo lo que sean antagónico a esto aspectos, de manera especial predispone a la expresión de conductas antisociales:

– Poligamia.

– Carencia de figura de autoridad ó Autoridad excesiva de parte del sexo masculino.

– Ausencia de conocimiento y observancia de la norma moral.

– Gran número de hijos.

– Ausencia de vínculos y figuras de respeto.

– Carencia de trabajo.

– Promiscuidad y hacinamiento.

Toda sociedad, enfrenta retos superables en la medida que los compromisos se asuman de manera particular.

La pobreza, la ignorancia, la carencia de empleo, la falta de seguridad social y la ausencia de espacios dignos y los niveles de endeudamiento, si bien es cierto son parámetros que se analizan como indicadores en la calidad de vida, deben ser combatidos para prevenir la delincuencia.

Tal vez no se pueda de manera instantánea cambiar el status de una comunidad, pero si se puede incidir en cada pequeño espacio de la agrupación nuclear a la que se llama familia. Los cambios más productivos son los que inician con objetivos cortos y metas primarias concretas.

En la configuración de una conducta antisocial, la presencia de la historia comunal, del antecedente familiar y de la caracterización del entorno del delincuente común, tiene similitudes:

– Familias disfuncionales

– Patologías sociales (drogodependencias, alcoholismo, sexo servicio, maltrato…)

– Educación inconclusa.

– Carencia de afecto, seguridad y protección.

– Desempleo o empleo subpagado.

– Falta de oportunidades de desarrollo personal.

– Reincidencia.

Este último factor, la reincidencia se explica no como la falla contundente en un programa de readaptación social, sino como la necesidad de aceptación, compañía y afecto que el infractor ha requerido a lo largo de su vida, misma que sólo encuentra con sus similares… en la cárcel.

En siguiente sección se presentan otros elementos que integrados a los ya expuestos, permitirán integrar un acercamiento a la comprensión de la conducta del infractor.

L A · I N T E G R A C I O N · D E · L A ·C O N D U C T A

 La integración de una conducta, se logra con la expresión de un comportamiento.

Así, el quehacer humano, manifiesta los matices biológicos, psicoafectivos y socioculturales que se combinan para generar una acción.

El espacio creativo del hombre, traduce, el estrecho vínculo de la biopsicosocioafectividad, su naturaleza, el grado de normalidad y las patologías que encierra.

Hoy en día, hablar de normalidad implica adaptación.

Y la adaptación de un sujeto se aprecia en la medida que logra convivir pacífica y armoniosamente con sus semejantes y el medio en el que habita.

En la conducta existen clasificaciones, una de ellas, explica cómo se observa el hombre en relación a su nivel de convivencia:

  1. Conducta social. En este tipo, los sujetos se relacionan de manera grupal, aceptando y haciendo suyas las normas sociales.
  2. Conducta asocial. El individuo se aleja del medio y aunque conoce y observa las normas de convivencia social, prefiere la soledad la que asume voluntariamente de sus semejantes.
  3. Conducta parasocial. El sujeto manifiesta comportamientos que se alejan de los socialmente establecidos, intentan llamar la atención con su forma de ser. No agraden de manera consciente a sus semejantes.
  4. Conducta antisocial. Es aquella en la que el sujeto voluntariamente se enfrente a la norma establecida. Comete actos que dañan a los demás y al hacerlo se daña asimismo. La justificación de sus actos puede ser por motivos sociales, económicos, culturales o incluso biopsicopatológicos, pero en todos los casos existe un perfil de concordancia: el daño y la ruptura de la norma.

Una conducta implica el hacer o el no hacer. Aún estando un hombre en perfecta estado de estatismo, está manifestando una conducta. Por ello en Derecho, se considera como delito a toda acción y omisión de la ley.

Una conducta antisocial, no es necesariamente antijurídica. Pero, una conducta antijurídica, generalmente es una conducta antisocial.

El hombre define las penas, configura los delitos y enmarca la expresión de los mismos.

Esta demarcación, está matizada por la cultura, la tradición, la religión e incluso la geografía. Incluso hasta los eventos del maltrato físico a la mujer y la violencia familiar que exhiben conducta antisocial son explicadas de distinta forma cuando se visualizan a través de las diversas culturas, tradiciones y costumbres. Lo que para algunos es un acto de violencia, para otros, sólo es un acto en el que se asegura la autoridad y el respeto.

Por ello, escribir sobre la integralidad de la conducta, implica analizar:

  • Sociedad
  • Costumbres
  • Tradición
  • Espacio
  • Tiempo
  • Contexto
  • Sexo
  • Edad
  • Ocupación
  • Religión
  • Status
  • Estación del año
  • Escolaridad
  • Nivel de Salud
  • Grado de Responsabilidad
  • Compromiso
  • Personalidad

Sociedad. La sociedad representa un conjunto de individuos que compartiendo un espacio geográfico, costumbres, tradiciones y normas de convivencia, establecen relaciones mediante las cuales se identifican y trabajan por un fin común.

Las sociedades, están delimitadas entonces por la geografía, las costumbres, las tradiciones y las normas. Generalmente, la geografía impone criterios de convivencia acordes a la composición del medio, mismo que delimita la cercanía o lejanía de los pobladores y con ello indirectamente la frecuencia con la que se reúnen de manera general.

Una sociedad puede clasificarse en urbana, suburbana o rural.

Y dentro de una sociedad urbana, que es aquélla en la que su población cuenta con todos los servicios existen subclasificaciones:

Urbana de colonias o fraccionamientos de alto costo

Urbana de colonias o fraccionamientos de costo medio

Urbana de colonias o fraccionamientos para trabajadores

Urbana de colonias o núcleos poblacionales en los márgenes de la población

Urbana sin alojamiento definido.

La sociedad urbana de colonias o fraccionamientos de alto costo , manifiesta una conducta en su generalidad de autosuficiencia, independencia y en algunos casos de superioridad y prepotencia.

Estos últimos, directamente vinculados con el tipo de vivienda, el área de construcción, el diseño y los años de vecindad en dicho lugar.

Hay entre sus pobladores un deseo inminente de ser el mejor, encubierto en una expresión de indiferencia. Y existe una vinculación estrecha con el tipo de vehículo que se posee.

Los hijos de estas familias, son los más afectados por las actitudes de sus padres.

En la adolescencia, se exacerba la expresión conductual que revela en cada momento un reto a la autoridad, una tendencia marcada a la ruptura de las normas establecidas y un sentimiento acompañado de una clara percepción que su status les asegura toda clase de privilegios. Incluso, aquellos mediante los cuales las normas son fracturadas sin temor alguno.

En este grupo, es común la manifestación de soledad y carencias afectivas, situaciones que son sustituidas por soportes económicos abundantes y el inicio en las adicciones de temprana manifestación.

Las relaciones sociales entre los cónyuges rompen los arquetipos tradicionales. La poligamia encubierta es una moda.

Hombres y mujeres participan de relaciones extramaritales sin pena o temor alguno.

El descuido por los deberes familiares es solventado por recompensas económicas. Y los endebles lazos de pareja son sustentados por la imagen social. La competencia entre los individuos es un deporte atractivo, del que participan asiduamente sus miembros.

Todos los problemas que pueden presentarse a través de su convivencia social son resueltos por llamadas telefónicas, estímulos económicos o visitas intimidatorias. La fuerza de su conducta está en dependencia directa de su poder adquisitivo.

Sociedad urbana de colonia o fraccionamiento de costo medio . Las conductas que manifiestan los habitantes de colonias o fraccionamientos de costo medio, son depredatorias. La mayoría de sus pobladores viven en una incesante lucha por ascender al status superior, por mantenerse en el estado actual y evitan a toda costa descender de nivel.

Nuevamente los perjudicados son los hijos aún cuando, sus ingresos les permiten enviarlos a centros educativos, deportivos y culturales de alto nivel, los sitúan en posición de desventaja ya que no pueden competir con los recursos de sus compañeros y por ello algunos expresan en su comportamiento: depresión y en casos graves agresión, violencia y aislamiento.

Son “presas” fáciles de las adicciones y los abusos sexuales y su comportamiento arremete a la autoridad.

En relación con los cónyuges, generalmente los dos trabajan. Y lo hacen de forma incesante, ocupan dos o hasta tres turnos al día. Su finalidad es darles “todo” a los hijos y en realidad no les dan nada.

Inmersos en su abrumadora competencia, se endeudan y la mayor parte del salario que perciben es para saldar las cuentas. Por tanto, tienen limitados a sus hijos de dinero, tiempo y afecto.

Los hijos dependen de los tiempos de “receso” laboral de los padres, mismos que están “muy cansados” para atenderlos y si lo hacen les regalan muy breve tiempo y se muestran malhumorados bajo el menor pretexto.

Los hijos asumen entonces, que no son importantes y su estima es baja.

Presentan problemas escolares frecuentes, falta de cohesión grupal a nivel escolar y depresión.

En este grupo, es frecuente el divorcio. La independencia económica de la mujer privilegia la economía versus la familia. Y por el poco tiempo que se “invierte” en la convivencia mismo que se destina a la generación de dinero en el trabajo, se estima que el divorcio es una opción preferente ante un desacuerdo o desavenencia que tal vez, con un poco de tiempo se podría haber superado. Pero… no hay tiempo…

Sociedad urbana de colonia o fraccionamiento habitados por trabajadores

En las familias urbanas que habitan los fraccionamientos propios de los trabajadores, la realidad de la manifestación integral de la conducta de los individuos puede presentar tres variantes:

  1. Familia en la que sólo un cónyuge trabaja.
  2. Familia en la que los dos cónyuges trabajan
  3. Familia en la que los hijos viven con uno de los padres.

Familia en la que un solo cónyuge trabaja. Generalmente el cónyuge que trabaja cubre un turno. De regreso a casa, encuentra a su pareja quién cuida de sus hijos. Los niños asisten a escuelas públicas, excepcionalmente a escuelas privadas.

Hay convivencia y armonía mayor, salvo, que el padre presente adicciones.

Existe respeto a la autoridad y un alto nivel de cohesión familiar.

Puede existir la infidelidad e incluso hasta el maltrato, pero la pareja afectada lo tolera y perdona porque de no hacerlo quedaría sin soporte económico, sin afecto y sin pareja.

La pareja que no tiene empleo fijo, aporta bien su trabajo total en el hogar o bien, busca apoyos externos como venta de algunos insumos o labores sencillas que ofrece a vecinos o los amigos cercanos o conocidos.

Familia en la que los dos cónyuges trabajan.

En este caso, puede darse la situación de que laboren en el mismo centro o en centros distintos. Sólo se emplean un turno. Conviven al finalizar la jornada. Tienen pocos hijos y la mayoría, los lleva a guarderías o busca el apoyo de un familiar cercano para su cuidado.

No están exentos de problemas y existe una gran unión entre los miembros.

Familia en la que los hijos viven con un solo cónyuge.

Es más frecuente que esa la mujer la que ejemplifique este grupo. Son madres solteras o divorciadas, que sostienen a sus hijos y viven en la mayoría de los casos con un miembro de su familia, que de manera predominante es su mamá.

El jefe en situación de soledad cubre de manera responsable con sus roles como trabajador, padre-madre y servicio del hogar. Prefiere las relaciones de pareja informales y atiende en la medida de sus posibilidades a sus hijos con esmero.

Sociedad urbana de colonia o poblaciones marginales

En lo que respecta a las familias de núcleos poblacionales marginales, existe escasez económica, pero riqueza de convivencia y apoyo. Hay vicios acentuados como alcoholismo, drogodependencia y maltrato. La convivencia es comunitaria, ya que comparten espacios comunes como las áreas de lavado de ropa o los sitios de donde obtienen agua para su alimentación y aseo.

Cuando alguno de los colonos requiere un apoyo específico, todos se preocupan por solventarlo.

Hacen frente común ante las adversidades, celebran colectivamente y enfrentan juntos los retos diarios.

Sus miembros pese a los conflictos que enfrentan son respetuosos de las normas establecidas, ya que conocen que la ruptura de las mismas es sinónimo de castigo.

Sociedad urbana sin alojamiento fijo establecido

Las familias urbanas sin alojamiento fijo, están integradas por sujetos que han emigrado desde poblaciones rurales. Son numerosos sus miembros. Inician en el trabajo a edad temprana. Son sujetos de todos los malos tratos posibles así como vejaciones sociales. Despreciados y discriminados, trabajan de sol a sol, pero … permanecen unidos.

Costumbres Las costumbres están en dependencia directa con la sociedad, se vinculan con la tradición, el espacio y el tiempo. Influyen en los roles sociales, repercuten en el nivel de salud y en la personalidad del sujeto.

Es poco probable modificar se súbito una costumbre, ya que su impacto se graba en la conducta del sujeto como una situación socialmente aceptable.

Tradición Tradición y costumbre, son cuestiones inseparables. Se trasladan de generación en generación y contribuyen a establecer rasgos fijos de convivencia en la conducta de los individuos. Su presencia alienta la convivencia, aunque puede provocar en algunos sujetos el asilamiento. También es parámetro que enmarca la regularidad de las manifestaciones conductuales ya que todo aquello que se aleje de su expresión, cae en una percepción parasocial, asocial o antisocial.

Espacio, tiempo y contexto

Cada sociedad evoluciona acorde a sus necesidades. En la medida en que las necesidades se satisfacen se forman normas y criterios de convivencia que tienden primero a procurar el avance y el aseguramiento de la estabilidad en la comunidad y en un segundo aspecto, promueven las transformaciones que aseguran la calidad de vida de los sujetos.

Por ello, en dependencia de las necesidades, se dan las soluciones. Y la calidad y pertinencia de las mismas, se revela en el comportamiento de su sociedad.

Cada tiempo, entonces se presenta distinto y cada contexto traduce los enfoques de tratamiento a las problemáticas específicas revelando al mismo tiempo las carencias.

Sexo, edad y ocupación

Cada sociedad delinea de manera específica las funciones que deberán cumplir sus miembros en dependencia directa de su sexo, edad e incluso el tipo de ocupación. Esto aunque visto de primera intención como benéfico, limita a la persona. No todos están dispuestos a someterse a los roles. Y otros o bien los cumplen con suficiencia, o no tienen capacidad para darles respuesta de ahí que surjan conflictos de identidad que condicionan conductas diversas.

Religión Este aspecto es muy importante para el crecimiento, desarrollo y evolución de un pueblo. Incide de manera particular, en las pautas de conducta de los sujetos y puede cuando es observada con apego, apoyar el cumplimiento de las normas que regulan la conducta social.

La religión regula y controla la participación del hombre, con el hombre mismo, con sus semejantes y con su entorno. Además lo responsabiliza del bien común y lo alienta al logra de satisfactores que favorezcan su socialización.

Existen líderes, que malinterpretando el sentido y dicho religioso, proyectan a los ciudadanos a la realización de actos antijurídicos convencidos de que es un deber sacramental. Crímenes fabricados y encubiertos por el velo de una religión ajustada a los intereses de unos cuantos.

Status El status se identifica con el poder económico de cada sujeto. A mayor capacidad de solventar necesidades materiales, mayor seguridad del sujeto. Muchos equiparan su estima, con su nivel económico. Y muchos hay que crean su propio sistema de reglas y normas que aún cuando quebrantan o se contraponen con las socialmente aceptadas, las ejercen sin ningún temor con la seguridad que su posición les da. Y en el lado contrario, se encuentran aquellos que al carecer de todo, se sienten con el derecho de “quitar” a quiénes más tienen y lo hacen sin remordimiento alguno, ya que consideran que su precaria condición es en parte resultado de los excesos de los más favorecidos.

Estaciones del año Las estaciones del año también influyen en el comportamiento de los sujetos. La mayor incidencia de accidentes se aprecia en verano y otoño. Los suicidios en invierno, los delitos sexuales en primavera y verano y en lo que respecta a los hechos sociales como son los casamientos, se consuman en mayor número en invierno y primavera.

Escolaridad A mayor nivel de escolaridad, mayor elaboración en la comisión de actos antisociales y antijurídicos.

A mayor escolaridad, las conductas se expresan a favor de conseguir bienes materiales.

A mayor escolaridad, se intenta causar daño únicamente de tipo material al otro, aunque las lesiones sobre todo bajo la influencia del alcohol pueden ser ejercidas sin ningún cuestionamiento.

A mayor escolaridad, también se observa mayor elaboración de estrategias para evadir el resarcimiento de los actos cometidos.

Si existe escolaridad inconclusa o con nivel básico, generalmente la conducta antisocial se orienta a la comisión de delitos contra la integridad del sujeto y su vida.

Hay quiénes se especializan en el trágico y consumo de drogas. Pero en general, con respecto a los sujetos de menor escolaridad se expresa el delito del robo de manera preponderante, siendo el más frecuente en la mayoría de las estadísticas actuales.

Nivel de Salud Si el concepto de salud, se describe actualmente como sinónimo de adaptación y capacidad de convivencia en las relaciones sociales, entonces, se aprecia que el deterioro de las mismas refleja no tan sólo carencia de socialización sino un estado no saludable.

Existen además trastornos neuroendocrinos, que predisponen a la manifestación de conductas antisociales y enfermedades virales que alteran la conducta del sujeto que se refleja en el individuo y repercute en su medio.

Grado de Responsabilidad

La conducta de un jefe repercute en sus subordinados y por ende en su empresa. Por efecto domino, todo lo que se hace o se deja de hacer en el trabajo, se traduce en un comportamiento, en la imagen que el centro de labor brinda a la sociedad. Las entidades laborales, que gozan de altos índices de producción, reconocen, validad e impulsan los esfuerzos de cada uno de sus elementos. Propician el sentimiento de identidad y con ello logran compartir responsabilidades y aminoran el stress.

En cambio, aquéllas empresas en las que no existe un esquema organizador, propician el autoritarismo vertical y la descarga y el peso de la producción en una sola persona o en un grupo reducido de personas. Lo que los ubica en situación de conflicto, mismo que se refleja en su interrelación con los demás y con su entorno. Generalmente, estas personas, descargan su malestar en su familia a la que desatienden o maltratan.

Compromiso En este apartado, la clave de la funcionalidad en la conducta, está vinculada a la capacidad que un individuo posee para reconocer sus potencialidades y sus debilidades. Situación que le permitirá desempeñar funciones que no generen en su persona tensión por carecer de elementos para desempeñarlas cabalmente. Asimismo, la identificación con el fin al que está suscrito, permitirá actuar con responsabilidad, diferenciando las oportunidades de los momentos no propicios.

Personalidad

Este punto, consolida la expresión de la integralidad de la conducta. Traduce la relación entre los factores internos y externos que conforman el carácter del individuo y refleja las influencias sociales, psicoafectivas, culturales y económicas de un sujeto. El origen de la palabra revela la “máscara” que todo ser humano se fabrica en base a la experiencia social, el impacto psicoafectivo y la herencia biológica de su entorno.

 T I P O S · D E · C O N D U C T A

Los trastornos de la personalidad son constructos clasificados y delineados por la época y la sociedad.

¿Qué es lo que distingue a un estado de salud normal, de un estado trastornado de salud mental…? el DAÑO

Daño a la persona, o el daño al semejante o al entorno con la consecuente pérdida de la libertad.

Los tipos de alteraciones conductuales, pueden clasificarse dependiendo de lo que se observa en la personalidad del sujeto. De ahí que los tipos de conducta, corresponden directamente a los tipos de personalidad.

De manera general, existen dos tipos de personalidad, la normal y la que presenta trastornos.

Se considera personalidad normal en la que existe adaptación, flexibilidad, empatía y socialización pacífica y productiva. En este tipo, los pensamientos, emociones, sentimientos y comportamientos identifican al sujeto, lo caracterizan y lo hacen distinto de todos los demás individuos. La personalidad, es por tanto el resultado de factores internos y externos, que se manifiestan mediante la interrelación del hombre con el hombre y con su medio y que incluso permiten predecir su conducta.

De manera natural, el hombre se desenvuelve en su medio a través de la satisfacción de necesidades. Estas carencias despiertan su interés por la acción o la omisión. Si no son resueltas de manera satisfactoria bajo la percepción del individuo o del grupo de individuos que incide de manera directa en su persona, surge un conflicto.

Los conflictos no resueltos, condicionan obstáculos para quiénes por su propia constitución no encuentran alternativas para superarlos. De ahí que los conflictos no resueltos, generan trastornos.

Las alteraciones de las pautas conductuales producto de conflictos no resueltos, derivan en trastornos de la personalidad.

Los trastornos de personalidad aún cuando derivan de conflictos no resueltos, tienen origen multifactorial, ya que pueden ser originados por factores biológicos, psicológicos o socioculturales y económicos.

Existen factores de riesgos para la manifestación de estas alteraciones, tales como antecedentes hereditarios, gemelos monocigotos, problemas familiares (maltrato, incesto, drogodependencias) daño cerebral (lóbulo frontal, temporal y parietal), problemas sociales, económicos e incluso situaciones culturales y de contexto.

Los trastornos de la personalidad o desórdenes se caracterizan por falta de adaptación, inflexibilidad y rigidez de las relaciones del individuo con su persona, con sus semejantes y con su entorno que pueden incluso llegar a ser permanentes o duraderas.

Su evolución es muy variable, algunos pueden llegar a readaptar su conducta, otros en cambio expresan problemas de mayor severidad.

Estas alteraciones, que implican desadaptación, problemas de relación e incluso malestar dentro del propio individuo que las enfrenta, han recibido múltiples clasificaciones las dos más importantes corresponden a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 10) y la que compete a la de Estudios de Desórdenes Mentales (DSM IV)

Intentando vincular las concordancias entre ambas clasificaciones, se presenta a continuación un acercamiento a la caracterización de los tipos más frecuentes de trastornos de la personalidad:

Trastorno paranoide de la personalidad.

El sujeto con este trastorno, es característicamente suspicaz y desconfiado. Todo lo somete a la duda y eso lo hace inseguro , rencoroso e incluso celoso de su pareja.

Trastornos esquizoide de la personalidad.

El individuo, pierde conexión con el mundo emocional. Son sujetos calificados como fríos, no expresan sus emociones, prefieren el aislamiento e incluso la soledad.

Cabe hacer un paréntesis antes de continuar con la exposición de los trastornos de la personalidad acorde a CIE – 10. En los tres ya comentados, existe coincidencia de inicio en la edad adulta y problemas de relación con los semejantes, lo que los lleva necesariamente a relaciones interpersonales precarias o nulas, situación que contribuye a acentuar sus rasgos.

Continuando con la exposición, se presentan ahora los trastornos que afectan de manera predominante el área emocional de los sujetos, tornándolos con exagerada emotividad, inestabilidad emocional incluso muy volubles en su trato:

Trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad.

Este desoden incluye el trastorno tipo impulsivo, el tipo límite o borderline. En este, existen alteraciones graves de la autoimagen, ira, ideación paranoide, impulsividad y sentimiento de vacío, con un temor acentuado de ser abandonados. En ocasiones automutilaciones, ideas suicidas que en casos graves las llevan a la práctica. Lo más sobresaliente que después de los episodios de autolesión y automutiliación, no recuerdan lo sucedido, expresan fases de pensamiento disociativo.

Trastorno histriónico de la personalidad.

Son alteraciones en las que los individuos “interpretan un papel”. Se sienten bien cuando son el centro de atención. Generalmente se presenta en mujeres separadas o divorciadas. Sin proponérselo de manera consciente se convierten en seductoras y provocativas. También expresan una preocupación exagerada por su autoimagen, temen la soledad, son dependientes emocionales y en ocasiones inestables. Pueden llegar a ser egocéntricas y en casos graves intentar suicidarse sólo para llamar la atención.

Trastorno narcisista de la personalidad.

Aunque mitológicamente se atribuye al hombre, no predomina necesariamente en este sexo. Las personas que lo presentan, tienen un autoconcepto exagerado. Se consideran carentes de empatía, se sobrevaloran, no reconocen los triunfos ajenos y generalmente tienden a ser dominantes.

Trastorno anancástico: Este trastorno se vincula con el trastorno obsesivo compulsivo. Anacástico se refiere a que los individuos se obsesionan de ideas absurdas que se sobreponen de manera no consciente en su comportamiento(CIE – 10 utiliza este término). Generalmente los varones son los más afectados. Viven en una lucha por la perfección, meticulosos, cumplidores fieles de las reglas, consideran de mayor importancia la productividad y el trabajo. No toleran el desorden, especulan en lugar de actuar, evitan delegar y basan sus relaciones en la dominación o en la sumisión.

Trastorno ansioso (con conductas de evitación) de la personalidad.

Los sujetos se presentan ante los demás como introvertidos. Son inseguros, tímidos, tienen una valoración paupérrima de su autoimágen, por lo que evita las relaciones sociales como una estrategia de autodefensa. Tienden a mostrar rasgos de dependencia.

Trastorno dependiente de la personalidad.

Sujetos que les atemoriza quedar libres para la toma de decisiones, prefieren que otros las tomen por ellos. Son voluntarios para desarrollar actos desagradables, ya que así consideran que atraerán la atención de otros. En extrañas ocasiones están en desacuerdo con los demás aún cuando lo que suceda los perjudique. Temen estar solos, por ello aceptan todo.

Trastorno depresivo de la personalidad.

Tal vez, uno de los más comunes. Para muchos es sinónimo de tristeza. Lo caracteriza en los individuos los sentimientos de abandono, de soledad, de desolación. Tiene un sentido de autocrítica muy exagerado y un autojuicio severo sobre su persona. Puede interrelacionarse con otros trastornos y conducir al suicidio cuando es muy grave.

Es momento de comentar ahora al grupo de trastornos en los que el daño social es preferencialmente marcado:

Trastorno pasivo-agresivo de la personalidad.

El sujeto generalmente está cotidianamente de mal humor. Discute de manera rutinaria, se niega a realizar las tareas habituales que le corresponden y siempre se contrapone a los designios. Y considera que los demás lo desprecian.

Trastorno de la personalidad sádica.

La palabra sádica, se refiere al placer que experimenta quien realiza actos crueles. Y esta es la característica absoluta de este trastorno. Los individuos cometen actos deleznables en los que se deleitan con hacer sufrir a los demás.

Trastorno de la personalidad autofrustrante.

El sujeto guía sus actos para que todo lo que realice sea un fracaso. Y sólo así se sienten bien.

Trastorno antisocial de la personalidad.

Este trastorno inicia antes de los 18 años. Hay una marcada tendencia a no cumplir las normas sociales que favorecen la convivencia. Falta de respeto por la norma y la autoridad. Consideran un reto romper un principio y sienten placer al lograrlo. Son impulsivos y agresivos.

Por lo antes expuesto se presentan las siguientes reflexiones:

a. La normalidad y anormalidad son estados transitorios, dependientes de variables sociales y subjetivas incluso hasta estadísticas. Existe un hilo muy estrecho que separa a estos estados. Recordando que todo rasgo exagerado de la personalidad puede considerarse como indicador de falta de adaptación y por ende de un trastorno.

b. El aprendizaje, los determinantes biológicos y psicológicos contribuyen en la criminodinamia y en la criminogénesis.

c. La base del estudio de la conducta disfuncional constituye una teoría que requiere cientificidad para ser abordada.

d. La conducta debe ser observada integralmente y de manera preferencial por un equipo pluridisciplinario.

e. La observación es la base del estudio, observación que deberá describir, explicar, reproducir e incluso predecir la disfuncionalidad de un sujeto.

Y cuál es la actuación ideal dentro del área criminológica…

1. El criminólogo intentará encontrar el por qué de una conducta antisocial, que también se exprese como antijurídica.

2. Esta conducta antisocial, antijurídica, antinatural, tiene per se… un origen y un movimiento.

3. Este movimiento depende de factores internos y externos.

4. El Criminólogo científico, debe implementar su capacidad de integración y de observación para generar una teoría científica que argumente la explicación de una conducta con trastorno.

5. Esta teoría deberá ser elaborada con instrumentos científicos, herramientas que permitan su reproducción.

6. Si no hay reproducción, no hay contrastación, no hay validación y por tanto no hay CIENCIA.

7. Y aunque algunos se resistan a considerar que la conducta pueda ser valorada científicamente por la dificultad de encuadrar parámetros al 100% comunes de comportamiento dadas las características que identifican al individuo. Es necesario que el estudio criminológico se ubique con los criterios del conocimiento científico para enmarcar no tan sólo su tipificación y diagnóstico, sino los criterios de prevención y readaptación social.

Ahora bien, si se resalta la importancia de la observación científica, del uso de los instrumentos y herramientas apropiadas para la consecución de este estudio es con la finalidad de rescatar los datos significativos de las conductas que un sujeto expresan su personalidad. Y al mismo tiempo para distinguir si existe o no trastorno que repercuta en su comportamiento. Con todo ello se intentaría determinar la relación existente entre trastornos de personalidad, tipos de conducta y la manifestación de un acto antijurídico que condicione daño social.

Sin temor a dudas, un conflicto no resuelto constituye un elemento importante para la expresión de un trastorno de la personalidad.

Un trastorno de la personalidad, puede generar una conducta antisocial.

Así que, si se conoce el origen del conflicto, no tan solo se apoya la resolución del trastorno mental, sino que se evita la expresión de una conducta antisocial y se previene la expresión de un comportamiento dañino.

Se puede expresar esto con una fórmula sencilla:

Conflicto no resuelto = Trastorno de la personalidad

Trastorno de personalidad + conflicto no resuelto = Conducta alterada

Conducta alterada + carencias psicoafectivas, sociales y culturales = conducta antisocial

Conducta antisocial que fractura normas y principios legales = Conducta criminal

Todo esto entra en un círculo que crece en la medida que el conflicto permanece.

En muchas ocasiones la readaptación se da de manera expedita, cuando se identifica conscientemente el conflicto generador de la alteración o del trastorno de la personalidad.

De ahí la importancia de realizar la historia clínica criminológica.

Se debe recordar que, en la génesis de toda conducta criminal y en la permanencia de la misma, existe un conflicto no resuelto, que el criminólogo tiene el DEBER de descubrir CIENTÍFICAMENTE para poder incidir positivamente con su actuación de manera integral.

Y esto sólo se logra con el estudio, identificación y valoración de la conducta que está en dependencia directa con la personalidad del sujeto.

 C O N D U C T A · A N T I S O C I A L · Y · C R I M E N

Dra. Patricia Rosa Linda Trujillo Mariel

La conducta antisocial, esta mediada neurológicamente por la sinapsis. Cada elemento del sistema nervioso está programado para cumplir interrelaciones estrechas y lograr con ellas la relación del sujeto con su medio.

Estas relaciones están predeterminadas hereditariamente y pueden sufrir variaciones por efectos de agentes biológicos, psicológicos, sociales y ambientales.

Así, la expresión de la antisocialidad refleja la realidad interna del individuo que no tan solo la manifiesta, si no que la genera en el llamado aparato intrapsíquico.

El aparato intrapsíquico, esta constituido por:

A) Experiencias B) Ambiente C) Organicidad

D) Aprendizaje E) Educación D) Cultura y Sociedad

Todos estos elementos consolidan su acción mediante el conjunto de normas y valores que la sociedad delinea y que neurofisiologicamente caracterizan la conducta de un sujeto.

La antisocialidad se convierte en crimen solo cuando el crimen esta tipificado.

El crimen se tipifica cuando se considera un delito.

¿Pero qué es el delito?

Es un hecho antijurídico, que viola el derecho y que condiciona el daño.

Que se expresa tanto en la acción como en la omisión de una conducta.

El delito es creación del hombre, como las penas e incluso el conjunto de sujetos que ejecutan las sanciones.

Para identificarlo es imprescindible encontrar una alteración en el orden natural de los sucesos, bien sean vitales, materiales o sociables internos o externos.

Existen múltiples clasificaciones de los mismos y es a través de estos que se explicita la conducta antisocial convertida en criminalidad.

Tabla 1.

Clasificación del Delito

Por

Su

GravedadPor el elemento subjetivoPor modo de ejecuciónEn razón de la unidad o pluralidadPor los resultados de la ejecuciónPor contener o no elementos políticosPor el momento y modoPor el modo y la persona que ejerce la acciónPor el bien jurídico protegidoCrimen

Delito

ContravenciónDoloso

Culposo

PreterintencionalAcción

OmisiónSimples

Habituales

ContinuadosMateriales

FormalesComunes

PolíticosInstantáneos

PermanentesPública

PrivadaContra:

Personas

Honor

Honestidad

Estado Civil

Libertad

Propiedad

Seguridad

Pública

Orden Público

Seguridad de la Nación

Poderes Públicos

Administración Pública

Fe Pública

Salud

Fuente: Propia

Una situación importantísima de distinguir es el ámbito en el que ocurre el delito, es decir, si corresponde al área civil (Derecho Privado) o a la penal (Derecho Público).

En la siguiente tabla se intentan contrastar las diferencias:

Algunas diferencias entre Derecho Civil y Derecho Penal

Tabla 2

Categoría Derecho Civil Derecho Penal
Nocividad Requiere la presencia de un daño No necesariamente requiere de un daño
Tipicidad Basta que se actúe sin Derecho Requiere una hipótesis prevista de actuación por la ley.
Culpa Se comete por dolo. Puede cometerse por dolo o culpa.
Reparación del daño Indemnización por el delito causado Indemnización por daño material o moral e incluso la pérdida de la libertad.

Fuente: Propia

Por lo antes descrito, sólo cuando exista configurado un delito bien sea por tipo (como es el caso para el Derecho Penal) o bien por el alejamiento de la actuación conforme a Derecho (Derecho Civil), es la acción del sujeto en contra de lo establecido, la que se brinda como resultado.

Quien comete una conducta antisocial rompe un esquema de comportamiento que está socialmente establecido, que es valorado como socialmente útil y que tiene una norma y un principio que persiguen en su conjunto el bien común.

Dentro de todo este marco sociojurídico, neurofisiológicamente el individuo que comente una conducta antisocial considera –en su interior- que sus actos han sido las mejores opciones de acción ante la problemática que una situación diaria de la vida le plantea.

El camino de la solución de conflictos en el sujeto con una conducta antisocial que se convierte en crimen, inicia por una necesidad del individuo que no ha sido satisfecha.

La insatisfacción genera un conflicto, que si no es resuelto, impulsa al aparato intrapsíquico de manera reiterada a movilizar todos sus elementos para resolverlo pero su visión interna es errónea.

Los sujetos con expresiones de antisocialidad observan una realidad transfigurada y falsa que incluso, los hace considerar que sus actos fueron los mejores medios para resolver su necesidad.

Esta “visión” llega a cegar tanto al individuo que es incapaz, de percatarse que no tan solo altera o daña a su entorno, sino que se daña a sí mismo.

Un sujeto que roba, considera que es válida su conducta porque a quién le sustrae el bien, no será afectado ya que lo tuvo antes, o tiene las posibilidades de obtenerlo de nuevo.

Algunos homicidas, cuando aniquilan a un sujeto, pierden la noción espacio temporal real y matan como consecuencia de la evocación de recuerdos dolorosos o experiencia no gratas, que configuran una realidad virtual que sólo existe en el aparato intrapsíquico del sujeto.

El enfoque peculiar de un infractor, es el que lo lleva a cometer un delito. Parte de una interpretación distorsionada de la realidad.

Esta deformación, puede influir en una sola ocasión, o bien, crear habituación si al realizarse confiere a quien la ejecuta una situación de placer, como en el caso de los homicidas en serie o lo violadores múltiples.

Así, una necesidad no resuelta, genera un conflicto. Si el conflicto es resuelto, el sujeto goza de satisfacción y cuenta con las posibilidades de escalar y vivenciar crecimiento y transformación. Si todo esto deriva de situaciones acorde a los valores y normas sociales aceptados, hay desarrollo y progreso, pero… si se alejan o rompen con las mismas, condicionan conductas antisociales y crímenes.

 E L · E S T U D I O · D E · L A · C O N D U C T A · A N T I S O C I A L

El estudio de la conducta antisocial de un sujeto criminal, debe considerarse como un proceso de investigación científica.

La pregunta guía es … ¿por qué? Muchos individuos atraviesan por situaciones extremas, pobreza, hambre, inseguridad, humillación, abandono, vejación, soledad, pero de ellos sólo unos cuantos optan por la conducta antisocial tipificada como delito.

Cada hombre posee una visión particular del mundo. La integralidad del estudio de la conducta de un sujeto permite comprender con mayor acierto el por qué de la misma.

La sinapsis es la clave de la conducta. La identificación, transmisión, conducción y respuesta ante un estímulo parte de la efectividad de operación a nivel neuronal. Pero, para que se presente la acción neuronal se requiere de la participación de los neurotransmisores y la constitución de estas sustancias, depende del equilibrio metabólico.

En la vida, como en el organismo, todo parte de la equidad.

Por mínimas que sean las carencias, el organismo las detecta, y si no son recuperadas primero… alerta y después… se altera.

El cerebro requiere de dos elementos claves para funcionar: Glucosa y Oxígeno.

Elementos que el organismo privilegia de tal suerte que su aporte es preferencial para órganos claves.

Bajas o alzas de glucosa, modifican la expresión del comportamiento.

Se ha demostrado que sujetos con hipoglucemias, aún cuando posean una conducta considerada como normal, pueden llegar a robar para saciar su hambre. Y sujetos con carencia de oxígeno, desvarían en su comportamiento, incluso mostrando agresividad y violencia.

Aunado a lo anterior, las condiciones en las que se desarrolla la convivencia diaria son predisponentes para alterar la conducta de un sujeto.

En un departamento de consejería para parejas disfuncionales, realizaron el experimento de que mientras lo sujetos esperaban para acceder a la consulta, les incrementaban la temperatura de la habitación, disminuían el aporte de oxígeno y cambiaban la música ambiental por música estridente. Estos sujetos, a los quince minutos empezaban a discutir y a los treinta minutos posteriores, incluso llegaban a situaciones de violencia verbal.

Si esto sucede en personas “normales”, no es difícil entender qué pasa con sujetos que presentan conductas antisociales…

Si se analiza con detalle el experimento de las parejas, se visualiza que:

a) Existe disfunción, que indica falta de armonía, inequidad, ruptura y desamor.

b) El llamamiento a consulta, la cita ante un experto que representa una autoridad, condiciona miedo, e incluso preparación para la defensa o el ataque.

c) El ambiente influye de manera determinante. Idealmente la sala de espera del consultorio presenta música ambiental, aire acondicionado o calefacción dependiendo el clima y muros de tonos claros decorados con paisajes. Pese a la ambientación, si las condiciones de temperatura y los estímulos auditivos se modifican, se impacta en el carácter de los sujetos.

d) Si se suman todos los efectos y sus repercusiones neurofisológicas en los individuos, se obtiene además de un entorno alterado, situaciones de agresión y violencia. Mismas, que están en correspondencia con la persistencia de los estímulos y el nivel de tolerancia de cada persona.

Que se rescata de esta experiencia… si en un individuo “normal” variaciones en el ambiente y disfunción en las relaciones interpersonales afectivas, condicionan cambios de conducta que repercuten en la relación del hombre con el hombre mismo y del hombre con el ambiente… en un sujeto con conducta antisocial… esto se potencializa.

De ahí que, en el estudio de un sujeto antisocial, se habrán de considerar los siguientes apartados:

1. Persona

2. Familia

3. Sociedad

4. Delito

1. Persona. En la persona, se tendrán que valorar, datos generales (edad, sexo, estado civil, pseudónimo, lugar de nacimiento, lugar de residencia, tiempo de residencia, ocupación, tipo de ocupación, tiempo de labor, etc.) escolaridad, hábitos, datos antropométricos, señas particulares, tatuajes, pasatiempos, ocupación, cultura, costumbres, deportes, religión, perfil psicológico, peligrosidad, antecedentes personales patológicos (enfermedades propias de la infancia, adolescencia, adultez, cirugías, transfusiones sanguíneas, fracturas, etc.) nivel de autoestima, visión del mundo, capacidad de adaptación al medio y grado de tolerancia y frustración.

2. Familia. Ante todo, primero se debe conocer si existe la familia. De qué tipo es, si es funcional o no, de qué manera se integra, nivel de relaciones interfamiliares, apoyo, frecuencia del apoyo, convivencia, tipo y funcionalidad de la misma, rol que desempeñaba el individuo antes, durante y después del delito y en el momento del estudio. Qué expectativas tiene la familia con respecto al sujeto, Qué apoyos brinda la familia al sujeto, y de qué manera la familia piensa apoyar al sujeto, si continúa en el centro de readaptación social o de lograr su egreso.

3. Sociedad, al señalar sociedad, se debe observar el núcleo de relaciones del individuo. La geografía, zona y lugar de residencia. Comparar si las costumbres y tradiciones sociales son compatibles con las observadas o descritas por el sujeto de estudio. El contacto con los amigos o compañeros cercanos del individuo es deseable. Y la valoración de las normas que sancionaron al sujeto visualizadas en tiempo, espacio y contexto es de sumo valor.

4. Delito. Con referencia al delito, se deberá observar su figura y tipo. Si el delito se dirigió había el daño de un bien material o fue encaminado hacía otra persona. La descripción completa del mismo, sin reservas de detalles. Al criminólogo no le interesa el modus operandi por sí mismo, sino porque de su conocimiento se explicita la conducta de quien ejecutó la conducta criminal. Algo de sumo interés es conocer, si el individuo es primo delincuente o reincidente. Y si es reincidente, si lo es por el mismo tipo de delito (delincuente serial) o si existen delitos distintos o delitos semejantes pero con innovaciones en cuanto a su producción. Es oportuno asimismo, inquirir si fue cometido el ilícito de manera aislada o en compañía. Si la alianza fue ocasional o perduro después de la falta. Si fue ideación propia la comisión delictiva o recibió instrucciones. En caso de recibir instrucciones para su ejecución, quién se las entregó y de qué manera él fue seleccionado para la comisión del hecho.

El que alguien genere un delito, representa una situación de análisis seria. Porque quien rompe una norma y daña, manifiesta una necesidad resuelta por caminos erróneos. Expresa una deformación de la realidad y una visión social desvalorizada y por ende una estima muy baja. Tan baja es la autoestima de quien delinque, que no le importa dañar aún cuando ese daño repercuta en su persona, en su familia y en su entorno.

El estudio de un sujeto que cometió una conducta delictiva debe realizarse sin preconceptos. Evitando parcialidad, particularización en la emisión de juicios y justificación en el proceder del sujeto.

Quién pretenda estudiar a un delincuente justificando sus actos y distribuyendo su culpa en otros, está desviando la investigación. Hay factores predisponentes, hay condiciones que promueven pero la decisión de cometer un ilícito es responsabilidad de quién lo realiza.

El sujeto que delinque, lo hace encontrando en su proceder, la satisfacción de una necesidad. La necesidad genera una acción, la acción refuerza la intencionalidad, da como resultado una conducta que estimula a su vez una nueva necesidad, que al sentirse saciada de manera plácida, intensifica una nueva acción. Se produce una cadena causal. El sujeto que comete un ilícito “observa” dentro de su realidad deformada su actuación como un hecho ideal, por ello lo ejecuta. Así, al investigar el origen de la manifestación delictiva (criminogénesis) y al describir con criterios de universalidad, los elementos que sostuvieron su tendencia de acción (u omisión acorde al caso) el momento mismo del delito y el lapso de tiempo que transcurrió posteriormente a su comisión, permitirá no tan solo entender el por qué de su inicio, su origen, sino también… aquellos factores que estimularon su producción.

El objetivo final de dar respuesta al ¿por qué? de la comisión de un hecho antisocial es la prevención y la reeducación y readaptación social.

Bibliografia:

http://www.cursosparamedicos.com/newsite/pags/cursos_realizados.asp

Fuente:  http://www.cienciaforense.com/Pages/Psicologia/BasesNeuro.htm

Más información:  http://www.tendencias21.net/Descubiertas-las-bases-neurologicas-de-la-agresion-humana_a1906.html

psicología

El trastorno afectivo bipolar (TAB) es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía, cognición y del estado de ánimo. Clínicamente se refleja en estados de manía o, en casos más leves, hipomanía junto con episodios concomitantes o alternantes de depresión, de tal manera que el afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología.[2]

Por lo general tiene expresión por un desequilibrio electroquímico en los neurotransmisores cerebrales. Adicionalmente, debido a las características del trastorno bipolar, los individuos tienen más riesgo de mortalidad por accidentes y por causas naturales como las enfermedades cardiovasculares.[3] A pesar de ser considerado un trastorno crónico y con una alta morbilidad y mortalidad, una atención integral que aborde todos los aspectos implicados: biológicos, psicológicos y sociales, puede conseguir la remisión total de las crisis, de ahí la gran importancia de que el diagnóstico del afectado sea correcto.

El elemento básico para el tratamiento del trastorno bipolar es la toma de conciencia del problema, su conocimiento por parte del afectado y sus allegados mediante una psicoeducación adecuada que les permita hacer frente a las crisis sin temores infundados y con las herramientas más válidas; así como prevenir las recaídas. La terapia farmacológica personalizada, especialmente durante las fases de desequilibrio, es otra de las claves. Benzodiazepinas, antipsicóticos y estabilizadores del ánimo son los fármacos más utilizados.

Los patrones de cambios del estado de ánimo pueden ser cíclicos, comenzando a menudo con una manía que termina en una depresión profunda. En ocasiones pueden predominar los episodios maníacos o los depresivos. Algunos de estos trastornos se denominan ‘de ciclado rápido’ porque el estado de ánimo puede cambiar varias veces en un período muy breve de tiempo. Otras veces se presenta el llamado «estado mixto», en el que los pensamientos depresivos pueden aparecer en un episodio de manía o viceversa.

Cuando el trastorno afectivo bipolar se presenta en niños, generalmente aparece en su forma mixta.

Clasificación:

No hay un consenso claro sobre cuantos tipos de trastorno bipolar existen.[10] En el DSM-IV-TR y el CIE-10, el trastorno bipolar se concibe como un espectro de trastornos que se suceden en un continuo. El DSM-IV-TR lista cuatro tipos de trastornos del estado de ánimo que se ajustan en la categoría de bipolar: trastorno bipolar tipo I, trastorno bipolar tipo II, ciclotimia y trastorno bipolar no especificado.

Trastorno bipolar tipo I

El trastorno bipolar tipo I se da en aquellos individuos que han experimentado uno o más episodios maníacos con o sin episodios de depresión mayor. Para el diagnóstico de esta modalidad de acuerdo con el DSM-IV-TR son necesarios uno o más episodios maníacos o mixtos. No es necesario que exista un episodio depresivo como requisito para el diagnóstico, aunque frecuentemente aparezca.

Trastorno bipolar tipo II

El trastorno bipolar tipo II se caracteriza por episodios de hipomanía así como al menos un episodio de depresión mayor. Los episodios hipomaníacos no llegan a los extremos de la manía (es decir, que no provocan alteraciones sociales u ocupacionales y carecen de rasgos psicóticos) y un historial con al menos un episodio de depresión mayor. El trastorno bipolar tipo II es mucho más difícil de diagnosticar, puesto que los episodios de hipomanía pueden aparecer simplemente como un periodo de éxito con alta productividad y suele relatarse esto con menos frecuencia que cuando se sufre una depresión. Puede darse psicosis en episodios de depresión mayor y en manía, pero no en hipomanía. Para ambos trastornos existe un cierto número de especificadores que indican la presentación y el curso del trastorno, entre otros el de «crónico», «ciclado rápido», «catatónico» y «melancólico». El trastorno bipolar II, que se da más frecuentemente se caracteriza normalmente por al menos un episodio de hipomanía y al menos otro de depresión.

Cuadro clínico:

El trastorno bipolar es comúnmente encuadrado como Trastorno Bipolar Tipo I, en donde el individuo experimenta experiencias extremas de manía, o Trastorno Bipolar Tipo II, en donde los «altos» de la hipomanía no llegan hasta el extremo de la manía. Este último es mucho más difícil de diagnosticar, ya que los episodios de hipomanía pueden simplemente parecer como períodos de una alta productividad del individuo y se han reportado mucho menores que la depresión ansiosa. Puede ocurrir la psicosis, particularmente en los períodos de manía. También nos encontramos con subtipos de «ciclos acelerados». Debido a que en los problemas relacionados con los cambios de humor hay tantas variaciones en cuanto a su severidad y a su naturaleza, el concepto de espectro bipolar es usualmente utilizado, incluyendo en él la ciclotimia. No hay consenso en cuanto a la cantidad de «tipos» existentes de trastorno bipolar (Akiskal and Benazzi, 2006). Muchas personas con trastorno bipolar experimentan de una severa ansiedad y son muy irascibles cuando se encuentran en un período maniaco (hasta el punto de la furia), mientras que otros se vuelven eufóricos y grandilocuentes.

Período depresivo:


Una disminución del interés en las actividades diarias y/o placer producido por las actividades cotidianas pueden ser signos de la fase depresiva del paciente bipolar.

Las señales y los síntomas del período depresivo en el trastorno bipolar incluyen (pero en ningún sentido se limitan solo a ellos): sentimientos constantes de tristeza, ansiedad, culpa, ira y soledad y/o desesperanza, desórdenes de sueño, apetito, fatiga, pérdida de interés por actividades de las que la persona antes disfrutaba, problemas de concentración, odio hacia uno mismo, apatía o indiferencia, despersonalización, perdida de interés en la actividad sexual, timidez o ansiedad social, irritabilidad, dolor crónico (con o sin causa conocida), falta de motivación, e incluso ideas suicidas.[32]

Durante la fase depresiva el paciente puede presentar:

  • Pérdida de la autoestima.
  • Desánimos continuos.
  • Ensimismamiento.
  • Sentimientos de desesperanza o minusvalía.
  • Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados.
  • Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses.
  • Lentitud exagerada (inercia).
  • Somnolencia diurna persistente.
  • Insomnio.
  • Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin trascendencia.
  • Dificultad para tomar decisiones y confusión general enfermiza, ejemplos: deciden un cambio repentino de empleo, una mudanza, o abandonar a las personas que más aman como puede ser una pareja o un familiar (cuando el paciente es tratado a tiempo deja de lado las situaciones «alocadas» y regresa a la vida real, para recuperar sus afectos y su vida).
  • Pérdida del apetito.
  • Pérdida involuntaria de peso.
  • Pensamientos anormales sobre la muerte.
  • Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio

Período maníaco:

El incremento en la energía y en las actividades es muy común; suele tener verborrea. La necesidad de dormir se encuentra disminuida. La persona suele distraerse rápidamente y puede manifestar e incluso llevar a la práctica ideas irreales, grandilocuentes y sobre optimistas. Las facultades sociales se ven disminuidas, y las ideas poco prácticas suelen llevar a indiscreciones tanto financieras como amorosas.

En la fase maníaca se pueden presentar:

  • Exaltación del estado de ánimo.
  • Aumento de las actividades orientadas hacia metas (Delirios de grandeza, creencias falsas en habilidades especiales. Si los contradicen suelen enojarse y pensar que el mundo está en su contra).
  • Ideas fugaces o pensamiento acelerado (taquipsiquia).
  • Enfadarse por cualquier cosa.
  • Autoestima alta.
  • Menor necesidad de dormir.
  • Agitación.
  • Verborrea (hablar más de lo usual o tener la necesidad de continuar hablando).
  • Incremento en la actividad involuntaria (es decir, caminar de un lado a otro, torcer las manos).
  • Inquietud excesiva.
  • Aumento involuntario del peso.
  • Bajo control del temperamento.
  • Patrón de comportamiento irresponsable.
  • Hostilidad.
  • Aumento en la actividad dirigida al plano social o sexual.
  • Compromiso excesivo y dañino en actividades placenteras que tienen un gran potencial de producir consecuencias dolorosas (andar en juergas, tener múltiples compañeros sexuales, consumir alcohol y otras drogas).
  • Creencias falsas (delirios).
  • Alucinaciones.

Hipomanía

La hipomanía es generalmente un episodio destructivo menor que la manía, y las personas que se encuentran en este episodio usualmente experimentan los síntomas de la manía en menor grado o menos síntomas. La duración es regularmente menor que la manía. Este es considerado como un período «artístico» del desorden, que se caracteriza por una gran cantidad de ideas, un pensamiento extremadamente ingenioso, y un incremento en la energía.

Período mixto

En el contexto del trastorno bipolar los períodos mixtos son aquellos en los cuales la manía y la depresión clínica ocurren simultáneamente (por ejemplo, la agitación, ansiedad, agresividad, confusión, fatiga, impulsividad, las ideas suicidas, el pánico y la paranoia, ideas de persecución, verborrea, pensamiento veloz y furia).

Los episodios mixtos suelen ser los más volátiles dentro del estado bipolar, debido a que los estados pueden ser activados o desencadenados de forma rápida y simple. Los intentos suicidas, el abuso de substancias psicotrópicas y dañarse a sí mismo suele ocurrir en este estado.

Recaídas:

Algunas personas, incluso estando medicadas, pueden experimentar episodios del trastorno en un nivel menor, o, incluso llegando a experimentar episodios completos de manía o depresión. De hecho, algunos estudios recientes han descubierto que el trastorno bipolar está «caracterizado por un bajo porcentaje de recuperación, un alto porcentaje de recaída, y un funcionamiento regular entre los distintos episodios.» El estudio además confirmó la seriedad del trastorno en cuanto a que las personas con un «trastorno bipolar estándar han duplicado las posibilidades de muerte.» El trastorno bipolar está actualmente considerado como «posiblemente la categoría más costosa de trastornos mentales en los Estados Unidos.»[34]

Los siguientes comportamientos pueden llevar a recaídas, tanto maniacas como depresivas:

  • La descontinuación o terminación de la medicación sin consultar con su médico.
  • Estar mal medicado. Generalmente el tomar una dosis menor de un estabilizador de ánimo puede llevar a una manía. El tomar una menor dosis de antidepresivos puede causar una recaída depresiva, mientras que dosis muy elevadas pueden llevar a episodios mixtos o episodios de manía.
  • El tomar drogas duras – sean medicamentos o no – tales como la cocaína, alcohol, anfetaminas u opioides. Estas tienden a empeorar los episodios.
  • El dormir demasiado o muy poco. Dormir demasiado (posiblemente causado por la medicación) puede llevar a la depresión, mientras que el dormir muy poco puede conducir a episodios mixtos o maniacos.
  • La cafeína puede causar desórdenes en el ánimo que pueden conducir a la irritabilidad, la disforia y la manía.
  • Usualmente los pacientes tienden a automedicarse, siendo la drogas más comunes el alcohol y la marihuana. Algunas veces se vuelven hacia las drogas duras. Estudios han demostrado que el fumar tabaco induce un efecto calmante en la mayoría de los pacientes, y un alto porcentaje de las personas que sufren del trastorno suelen fumar tabaco.[35]

Riesgo de suicidio:

Las personas que padecen de trastorno bipolar tienen una posibilidad incrementada tres veces más de poder llegar a cometer suicidio que la de aquellos que padecen de depresiones mayores (12% a 30%). Aunque muchas de las personas que sufren del trastorno realmente nunca logran cometer el suicidio, el promedio anual de suicidio en hombres y mujeres diagnosticadas con la enfermedad (0.4%) es de 10 hasta 20 veces mayor que en la población general. Individuos que padecen del trastorno tienden a tener tendencias suicidas, especialmente durante los estados mixtos de hipomanía y depresión agresiva.


psicología jurídicaEl síndrome de Bournot o también conocido «estar quemado» consiste en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.

El personal de prisiones es señalado por la OMS como colectivo laboral vulnerable por la exposición a factores psicosociales de riesgo, considerando entre ellos, el Síndrome de Burnout.

Características:

– El agotamiento emocional: reducción de los recursos emocionales, caracterizándose por la sensación de que no tienen más para ofrecer y acompañándose por la irritabilidad, la ansiedad y el abatimiento.
– La despersonalización: la persona comienza a desarrollar actitudes negativas hacia los clientes, receptores de sus servicios o colegas ya que los culpan de sus problemas, comenzando a manifestar una actitud cínica e impersonal.
– Baja realización personal: la persona afectada siente que sus posibilidades de logro y crecimiento han desaparecido por lo que vivencia fuertes sentimientos de fracaso y baja autoestima.
Síntomas y consecuencias :
Actualmente se han establecido cuatro estadios de evolución:
– Forma leve: los afectados presentan síntomas físicos, vagos e inespecíficos como cefaleas, dolores de espaldas o lumbalgias. La persona se vuelve poco operativa.
– Forma moderada: aparece el insomnio y el déficit atencional. La persona comienza con la auto-medicación.
– Forma grave: aumenta el ausentismo, la aversión por la tarea y el cinismo. Se comienza a abusar del alcohol, los psicofármacos o cualquier otra droga.
– Forma extrema: se evidencia un aislamiento social y se presenta la crisis existencial. Puede aparecer la depresión mayor y por ende, aumenta el riesgo de comportamientos suicidas.
Tratamiento:
La intervención se debe realizar cuando el síndrome  ya hace estragos en quienes los padecen. Generalmente los primeros en darse cuenta de la presencia del burnout son las personas más cercanas, es muy difícil que los afectados se den cuenta por cuenta propia de ello, sobre todo cuando ya está muy avanzado. Es fundamental en esos momentos recibir el apoyo de compañeros (apoyo social). Una buena calidad de relaciones interpersonales en el trabajo modera el nivel de burnout, juega un importante papel en la satisfacción laboral y aumenta la calidad de vida en el trabajo. La comunicación tiene un papel principal.

Como el burnout afecta a muchas áreas de la vida, se debe utilizar un model de intervención de varios componentes integrados de forma que se complementen unos a otros. A nivel individual, se trata de mejorar los recursos de resistencia para afrontar de forma más eficiente los estresores típicos de la función laboral y potenciar lapercepción de control, la autoeficacia personal y la autoestima.
Se han utilizado intervenciones de tipo cognitivo-conductual como por ejemplo, las del afrontamiento del estrés, reestructuración cognitiva, terapia racional emotiva y ensayo conductual. Desde la perspectiva cognitiva es esencial hacer frente a las cogniciones erróneas o desadaptativas, como expectativas irreales y falsas esperanzas.

Más información:

http://sindromedeburn-out.blogspot.com/